Aunque cada vez son menos las personas que arriesgan su vida para llegar a Europa, los peligros en las rutas del Mediterráneo o terrestres son cada vez mayores. El informe Desperate Journeys presentado por ACNUR anuncia cambios en los patrones de movimiento de los refugiados.
Desde el verano pasado, las llegadas a Italia se han reducido drásticamente, debido principalmente a la situación en Libia. En los primeros meses de 2018 esta tendencia continúa.
La peligrosidad de esta ruta, en la que 1 de cada 14 personas que cruzan desde Libia muere en el camino (más del doble que el año anterior) es uno de los principales frenos. Quienes consiguen llegar al otro lado es en un estado de salud profundamente preocupante, extremadamente débiles y delgados. A finales de año, ACNUR comenzó las evacuaciones de refugiados en riesgo en Libia, casi todos mujeres y niños, que han sido trasladados a Níger e Italia.
5 tendencias en las llegadas de refugiados y migrantes a Europa en 2017
Omar tenía 15 años cuando llegó a Porto Empedocle, un pequeño pueblo de la costa de Sicilia. Había llegado solo desde Yemen en una huida desesperada por encontrar un lugar seguro.
“Cogí un barco hasta Sudán y estuve 7 días en el mar. Se quedaron todo el dinero que mi familia dio para mí y me detuvieron durante días. Después, me metieron en un coche para cruzar el desierto. Fue una auténtica pesadilla, sin comida y lo que era peor, sin agua durante días. Cuando llegué a Libia me detuvieron porque no tenía dinero para seguir el viaje, pero más tarde me metieron en un barco y ahora estoy aquí.”
Omar fue rescatado en las costas de Italia. Es uno de los 17.000 menores que llegaron solos a Europa. En el camino, los abusos y extorsiones a refugiados a manos de redes de trata, de tráfico y de grupos armados son más habituales de lo que pueda parecer. El informe de ACNUR destaca que las mujeres y los niños están en peligro de violencia sexual en su ruta hacia Europa.
Aunque el número de muertes en el Mediterráneo frente a las del 2016, el año más mortífero hasta la fecha, baja a cerca de la mitad, las cifras siguen siendo alarmantes. Además de las 3.100 personas que perdieron la vida en las aguas, 75 personas fallecieron en las rutas terrestres y a lo largo de las fronteras exteriores, algo que se suma a continuos reportes de devoluciones en caliente.
En los primeros 3 meses de 2018, otras 489 personas han muerto o desaparecido en las aguas del Mediterráneo.
"Los viajes a través de Europa para refugiados y migrantes siguen cargados de peligros"
Pascale Moreau, directora de la Oficina de Europa de ACNUR.
Aunque en 2017 se reasentó a un 54% más de personas en Europa, principalmente sirios en Reino Unido, Suecia y Alemania, aún queda un largo camino por recorrer para que todos quienes huyen de la guerra puedan estar a salvo.