En los últimos días, una caravana de 7.000 personas ha comenzado su marcha desde Honduras hacia los Estados Unidos. Muchas de ellas huyen de situaciones de auténtico peligro. Explicamos las claves para entender quiénes son y por qué se unen en su camino hacia el norte.
Aunque se ha dado a conocer como la “caravana de migrantes”, se trata de un flujo mixto de refugiados y migrantes. Entre ellos hay muchas personas en situación de auténtico peligro que pueden ser reconocidos como refugiados tras pedir protección internacional.
En los últimos años, la violencia en Centroamérica ha llegado a niveles sin precedentes. En los países del Triángulo del norte, Honduras, Guatemala y El Salvador, la violencia obliga a miles de personas a huir del país. Algunas por ser homosexuales. Otras porque no quieren pertenecer a una banda armada. O incluso, como Brenda, por verse atrapadas en una relación de violencia de género con un miembro de una banda criminal organizada.
Muchos de los menores que decidían emprender este viaje hacia Méjico y Estados Unidos, no tuvieron otra opción que hacerlo solos. Atravesaron países enteros, cientos de kilómetros en medio de la nada, a riesgo de caer en manos de traficantes y mafias o de perder la vida.
“Es imprescindible que la gente pueda tener la oportunidad de pedir asilo y que sus necesidades de protección internacional se evalúen adecuadamente, antes de que se tome cualquier decisión sobre retornos o deportaciones.”
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
De las cerca de 2.000 personas que emprendieron la marcha a pie este mes de octubre desde Honduras, se estiman ya 7.000 personas rumbo al norte, hacia los Estados Unidos. Algunos aseguran que nuevas caravanas se están formando en Honduras y que les esperarán en Guatemala para ir todos juntos.
Aunque en un inicio esta caravana humana emprendió la marcha a pie, se trata de un camino muy largo en el que muchos vehículos de los países vecinos les ayudan a seguir hacia delante.