A medida que el conflicto sirio se ha ido prolongando en el tiempo, la situación de los civiles que han huido de Siria ha ido complicándose poco a poco. A lo largo de estos cinco años de guerra, más de 4 millones de sirios han ido abandonando su país. Ha sido un éxodo lento y a veces silencioso, un destierro que ha llevado casi el 20% de la población siria a buscar refugio en los países vecinos (Jordania, Turquía, Egipto, Líbano e Irak).
Pero el enquistamiento del conflicto y la falta de soluciones políticas ha hecho que la crisis siria llegue hasta las propias puertas de Europa. Desde el año 2014, cuando empezaron a llegar barcos cargados de refugiados e inmigrantes a Italia, el goteo de sirios que huían desesperados de la pobreza en países como Líbano en países como Líbano o Turquía no ha cesado. Sin embargo, fue en septiembre de 2015 cuando esta crisis asaltó las televisiones de todo el mundo con una imagen demoledora: la del pequeño Alan ("Aylan") muerto en las costas turcas.
El mundo abrió los ojos entonces al drama humanitario que llevaba meses sucediendo en el Mediterráneo y en las costas europeas de Italia y Grecia. Desde entonces, el flujo de refugiados e inmigrantes económicos ha seguido aumentando. Ni el cierre de fronteras ni la amenaza de la muerte en el mar ha detenido a estas familias desesperadas en su deseo de vivir, de encontrar un lugar que les de cobijo lejos de la guerra y donde reiniciar sus vidas.
Europa: una última esperanza para los refugiados
La principal causa que ha empujado a todas estas familias sirias a cruzar el Mediterráneo es una: la desesperación. Desesperación por encontrarse, tras cinco años, sin futuro en su país. Y desesperación porque muchas de ellas llevan años viviendo como refugiados en los países vecinos de Siria, agotando sus pocos ahorros y sobreviviendo en condiciones de pobreza en muchos casos.
Sin más opciones de futuro en los países de acogida, muchos sirios se han lanzado al mar en busca de una última oportunidad en Europa. Sin embargo, a su llegada, no siempre han encontrado las puertas abiertas.
ACNUR ha hecho pública en varias ocasiones su preocupación por la situación que se está viviendo en Europa y por la falta de iniciativas políticas que permitan el acceso al asilo para todos estos refugiados. La fortaleza europea se ha ido blindando con el paso de los meses, pero los refugiados han seguido llegando. Y probablemente, mientras no se encuentre una solución política y pacífica al conflicto, el éxodo sirio continuará.
La atención a a estos refugiados a lo largo de su ruta por Europa es una de las principales prioridades del trabajo de ACNUR ahora mismo. En Grecia, tal y como ha alertado ACNUR, podría vivirse una crisis humanitaria inminente si no se dan soluciones a las personas que permanecen atrapadas en el país. Dar asistencia humanitaria básica a estas personas es vital para que sus condiciones de vida en las fronteras europeas sean lo más dignas posibles.
Con independencia de las decisiones políticas que determinen el futuro de estos refugiados en nuestro continente, ACNUR seguirá trabajando para estar a su lado, atender sus necesidades y asesorar a los gobiernos en Europa para que el respeto de los derechos fundamentales de estos refugiados prime sobre los intereses políticos o fronterizos.
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