Desde que hace dos años se reanudara la violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC), la situación sigue deteriorándose cada día en el país llegando a un nivel devastador en los últimos meses. ACNUR está alertando del escenario dramático y violento al que se enfrenta la población.
Dos años de conflicto cíclico en los territorios de Rutshuru y Masisi, en Kivu del Norte, han obligado a más de 1,3 millones de personas a huir de sus hogares en la RDC, lo que ha provocado que un total de 5,7 millones de personas se hayan convertido en desplazados internos en las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri.
Desde que el 7 de febrero, los violentos enfrentamientos envolvieron la ciudad de Sake, en territorio de Masisi, casi 300.000 personas han llegado a la ciudad de Goma y sus alrededores, engrosando el número de desplazamientos. Otras 85.000 personas han huido de la misma violencia y han buscado refugio en la región de Minova, en Kivu del Sur, que ya acogía a más de 156.000 desplazados.
Especialmente preocupante es que los socios humanitarios hayan observado incursiones sistemáticas de grupos armados en estructuras civiles como asentamientos de desplazados, hospitales y centros de salud. En 2023, 25 escuelas fueron ocupadas por grupos armados rebeldes sólo en los territorios de Masisi y Rutshuru, y otras 17 fueron atacadas. En 2024, siete escuelas fueron destruidas por bombardeos.
ACNUR hace hincapié en el imperativo de salvaguardar a los civiles y mantener la naturaleza civil y humanitaria de los lugares de desplazamiento, mientras continúa la preocupante tendencia al alza del uso de artillería pesada en el conflicto. Más de 30 personas murieron y al menos 80 resultaron heridas a causa de los últimos bombardeos indiscriminados, también dirigidos contra emplazamientos civiles, en Minova, Sake y Goma.
Las familias siguen llegando a los lugares traumatizadas y agotadas por los ataques, con cicatrices físicas y psicológicas. Muchas denuncian haber sufrido abusos, algunos sexuales, durante su huida. En 2023, sólo en Kivu Norte, se denunciaron 50.159 casos de violencia de género, más de la mitad de los cuales fueron violaciones; el 90% de estas víctimas eran mujeres y niñas. Los recién llegados encuentran refugio en albergues improvisados en lugares superpoblados, en escuelas e iglesias, o con familias de acogida, lo que tensa sus escasos recursos.
Foto: © ACNUR/Blaise Sanyila
La respuesta humanitaria ampliada en las provincias orientales entre junio y diciembre de 2023 llegó a más de 3,1 millones de personas con asistencia vital.
En lo que va de 2024, la respuesta del ACNUR en el este de la RDC ha incluido la supervisión continua de la protección, la construcción de 25 puntos de recepción comunitarios, la distribución de 100.000 lonas impermeables, la distribución continua de 4.000 kits de artículos no alimentarios y la provisión de refugio de emergencia a más de 40.000 de las personas más vulnerables llegadas a Goma, en colaboración con los socios. Hasta la fecha, ACNUR ha registrado 13.950 familias desplazadas internas en Kivu del Norte y Kivu del Sur y ayuda a las supervivientes de abusos sexuales proporcionándoles apoyo psicosocial y derivándolas a asistencia médica, además de trabajar con hombres desplazados.
Pero esto se dirigió sólo a una pequeña parte de las personas que necesitan ayuda. ACNUR sigue profundamente comprometido con el apoyo a los afectados en el este de la RDC y pide urgentemente una acción internacional concertada para hacer frente a la crisis. La falta de financiación pone en peligro el suministro de ayuda y agrava la grave crisis humanitaria de la región. Y es que las necesidades de ACNUR en 2024 para la situación de la RDC (incluidas las necesidades en Angola, Burundi, la RDC, Ruanda, la República del Congo, Uganda, la República Unida de Tanzania y Zambia), ascienden a 310,9 millones de dólares y están financiadas actualmente solo al 13% (41,4 millones de dólares).
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