Tres días de duro camino separaban a Aisha y a sus siete hijos de las fronteras de Etiopía. Ante la falta de alimentos, tuvo que marcharse de su hogar en Somalia en una difícil decisión.
Al igual que la mayoría de las familias de la zona, vivía de la agricultura cuando la sequía acabó con su ganado. “Todas nuestras vacas murieron ante nuestros ojos. Tenemos hambre y estamos buscando comida”, cuenta la refugiada.
Después de tres días durmiendo en el camino, sin dinero para comprar comida, llegó hasta las fronteras de Etiopía. Es una de los 4.300 refugiados somalíes que han huido del repunte de la violencia de Al Shabab y el empeoramiento de la sequía en Somalia: la peor de los últimos 60 años.
Miles de somalíes llegan a Etiopía ante una situación desesperada. Su miedo a las milicias de Al Sahabab y una sequía cada vez más grave está justificado. La falta de agua para su ganado en zonas agrícolas y ganaderas ha llevado a una hambruna que podría acabar en una situación similar a la de 2011.
Ali Said, de 31 años y padre de ocho hijos, también ha huido hasta allí. Cuando su granja se secó, sus animales murieron en cuestión de semanas. “Incluso en esas condiciones, no se puede obtener ayuda porque Al Shabab está ahí”, asegura Ali.
“Las personas están llegando con hambre. Un número significativo de niños y madres están desnutridos”
Sandra Harlass, Oficial de Salud de ACNUR en Etiopía.
Casi el 75%
De los niños llegan a Etiopía con desnutrición.
1 de cada 2
Somalíes necesita ayuda humanitaria.
Yemen
Acoge a miles de somalíes a pesar de su propia guerra.
Más de 2 millones de somalíes se han visto obligados a huir en una de las crisis más prolongadas a nivel mundial. Se estima que hay 1 millón de desplazados internos y 900.000 refugiados distribuidos entre Kenia, Etiopía, Yemen, Uganda y Yibuti.
6.2 millones de personas, la mitad de la población de Somalia, está en necesidad de ayuda humanitaria y los niveles de malnutrición de los niños son altos. 944.000 niños se encuentran con desnutrición grave o aguda.
La severa sequía en la región ha provocado una crisis alimentaria en Etiopía, Kenia, Somalia y Yemen. Estos países están enfrentándose a la peor sequía de los últimos 60 años.
ACNUR y las organizaciones colaboradoras están intentando poner freno a esta situación para evitar que se repita lo sucedido en 2011, cuando la hambruna en Somalia provocó la muerte de 250.000 personas.
Ante una nueva potencial crisis en Somalia, ACNUR ha hecho un llamamiento para conseguir más financiación urgentemente y poder enviar asistencia de forma inmediata.
Los vecinos de Somalia han mostrado una generosidad ejemplar protegiendo a refugiados a pesar de su complicada situación. Es el caso de Yemen, que acoge a más de 250.000 refugiados somalíes a pesar de estar sumido en una guerra, con más del 80% de su población en necesidad de ayuda humanitaria.
La solidaridad con la región de Cuerno de África, donde las comunidades han estado acogiendo y compartiendo sus recursos limitados con los refugiados somalíes durante años es necesaria de forma urgente.
Ayuda a los refugiados