El epicentro del terremoto tuvo lugar a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech, uno de los centros turísticos más importantes del país. Además de esta localidad, otras de las más afectadas al sido Al Haouz, Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant. Tan solo 19 minutos después, se produjo una réplica de 4,9 y después se registraron varios temblores más.
Las consecuencias de este terremoto han sido devastadoras, ya que, según el Ministerio del Interior del país, más de 2.500 personas han muerto y otras 2.470 han resultado heridas hasta la fecha (11 de septiembre). Los primeros informes de la Organización Mundial de la Salud estiman que 300.000 civiles están afectados por el seísmo en Marrakech y sus alrededores.
Las labores de búsqueda y rescate de supervivientes están resultando muy complicadas por el bloqueo de carreteras y las difíciles condiciones geográficas que hay en la zona afectada. Muchos residentes, ante el miedo de una actividad sísmica adicional y soportando réplicas, han buscado seguridad a la intemperie, en zonas improvisadas de desplazados.
Las autoridades gubernamentales de Marruecos están dirigiendo los esfuerzos de respuesta. Por un lado, se ha activado el mecanismo nacional de rescate y respuesta y, por otro, se han desplegado unidades de protección civil para aumentar las reservas en los bancos de sangre y garantizar el suministro de recursos vitales como agua, alimentos, tiendas de campaña y mantas a las zonas afectadas. Por su parte, los equipos de la Media Luna Roja Marroquí (MLRM) siguen respondiendo sobre el terreno prestando primeros auxilios, apoyo psicosocial y ayudando a trasladar a las personas heridas a los hospitales.
Desde Naciones Unidas, António Guterres, secretario General, ha subrayado que la ONU está dispuesta a colaborar con el Gobierno de Marruecos en todo lo que sea necesario para ayudar a los más afectados. También dirigió sus condolencias a las familias de las víctimas, al igual que lo ha hecho Dennis Francis, Presidente de la Asamblea General de la ONU. Este último ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional "para que se una en apoyo a Marruecos en estos momentos de dolor".
Las Naciones Unidas y agencias mantienen una estrecha comunicación con las autoridades para ofrecer su apoyo en la evaluación, coordinación y respuesta a la situación. El Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Marruecos ofreció apoyo al gobierno para coordinar el despliegue de equipos de búsqueda y rescate a través del sistema de Evaluación y Coordinación de Desastres de las Naciones Unidas (UNDAC) dirigido por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
ACNUR tiene registrados a unos 20.000 solicitantes de asilo y refugiados en Marruecos, repartidos en 79 localidades. Ante la complicada situación tras el seísmo, se mantiene la comunicación a través de agentes y redes comunitarias, además de establecer líneas de emergencias adicionales en francés e inglés para identificar a los refugiados y solicitantes de asilo afectados por el terremoto.
Se ha contactado directamente con más de 500 refugiados y solicitantes de asilo para compartir información sobre las líneas de emergencia y se ha establecido una línea de emergencia para proporcionar apoyo psicológico a través de un socio nacional.
Por el momento, el ACNUR no prevé actividades adicionales específicas para el terremoto fuera del ámbito de su programa actual.