Aunque este terremoto ha afectado principalmente a Turquía y a SIria, su magnitud ha sido tan grande que se ha notado también en países como Egipto, Malta, Chipre o Líbano, entre otros hasta un total de 14. El epicentro del seísmo se localizó en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, cerca de la ciudad turca de Gaziantep, a unos 100 km de la frontera con Siria. En cuanto a este país, las provincias más afectadas han sido Alepo, Tartous, Latakia y Hama. Esta desgracia complica mucho más la ya extrema situación que viven los sirios desde hace 12 años y que ahora, además, deben hacer frente a este grave terremoto.
Apenas dos semanas después de los terremotos, se ha producido una réplica en la provincia de Hatay, al sur de Turquía, donde se están evaluando los daños personales y materiales que se han podido producir. Este seísmo ha sacudido de nuevo una zona que ya estaba devastada por los anteriores.
Las consecuencias de este terremoto han sido absolutamente devastadoras, ya que ha provocado más de 42.000 muertes, más 85.000 heridos, miles de desaparecidos y una destrucción incalculable de viviendas e infraestructuras públicas en los lugares afectados. Miles de edificios derrumbados o que han sufrido graves daños y las carreteras y redes de comunicación también se han visto afectadas. Todo esto dificulta mucho las labores de búsqueda y rescate de los posibles supervivientes que hay entre los escombros de los edificios.
En Turquía los terremotos de la provincia de Kahramanmaras han afectado a una región de 15 millones de personas que viven en 10 ciudades. De estas, 1,7 millones son sirios bajo Protección Temporal. Entre las personas que les ha afectado esta catástrofe hay miles de refugiados sirios y las comunidades que les han acogido durante estos casi 12 años de crisis en Siria. Se calcula que más de 6.400 edificios se derrumbaron durante el seísmo. Turquía acoge a la mayor población de refugiados del mundo por octavo año consecutivo, con cerca de 4 millones de refugiados y solicitantes de asilo bajo protección temporal e internacional.
Por otro lado, en Siria hay muchas familias que se han visto afectadas por el terremoto y que ya vivían en situación de desplazamiento de sus hogares por la crisis en la que está metida el país desde hace tantos años. Vivían en situaciones de desamparo, en tiendas de campaña, refugios endebles y edificios parcialmente destruidos. Solo en el noroeste, 4,1 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria, que incluye unos 2,9 millones de desplazados internos. El terremoto ha sido un mazazo para un país que lleva devastado 12 años.
La combinación del terremoto y una fuerte tormenta de nieve en el noroeste de Siria ha provocado el bloqueo en muchas carreteras, cortes de electricidad e interrupciones en las redes de telecomunicaciones, que complicado las labores de ayuda. Una de las carreteras principales utilizadas para transportar ayuda resultó dañada por el lado turco lo que dificultó la llegada de suministros en las primeras horas. Por suerte, fue reparada rápidamente y las agencias humanitarias pudieron acceder cargados de artículos de socorro.
Ante el caos y la devastación que ha provocado un terremoto de estas características, se le ha unido las complicadas condiciones meteorológicas que están viviendo en ambos países y que, sin duda, no ayudan a las labores de rescate. Turquía y Siria están sufriendo borrascas de nieve, lluvia, fuertes vientos y temperaturas inferiores a 5ºC.
Gracias a la aportación de las donaciones y los socios regulares, ACNUR puede desplazarse en menos de 72 horas a cualquier parte del mundo para aportar la ayuda que sea necesaria en una situación como esta. Los equipo están presentes tanto en Turquía como en Siria y ya están distribuyendo ayuda y aportando cuanto sea necesario para apoyar los esfuerzos del gobierno.
Ante una situación tan catastrófica como esta, es necesaria ayuda urgente a la población tanto refugiada como local, dar una respuesta coordinada y rápida puede salvar vidas. Por eso pedimos tu colaboración, ya sea como socio o con un donativo puntual. ¡Toda ayuda es vital!
Ayuda a los refugiados