En la actualidad, hay más de 120 millones de personas desplazadas y refugiadas en el mundo que se han visto obligadas a dejar atrás sus hogares. Miles de personas trabajan en primera línea para dar asistencia a quienes que se han visto atrapados en una crisis, quienes huyen de un conflicto, de un desastre natural o quienes tienen que hacer frente a brotes de enfermedades. Por el gran trabajo que realizan, cada 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. Este día pretende honrar a todas las personas que arriesgan sus vidas ayudando a otros y que trabajan para dar asistencia a las personas afectadas en todo el mundo.
Son muchos los trabajadores de ACNUR que dan asistencia a las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares a causa de la violencia y la persecución, garantizando que las necesidades básicas, como la alimentación, el agua o el refugio, estén cubiertas.
El 19 de agosto de 2003 tuvo lugar un atentado terrorista con un coche bomba en el hotel Canal de Bagdad, en Irak. Murieron 22 trabajadores humanitarios, entre ellos el Representante Especial del Secretario General de la ONU para Iraq, Sergio Vieira de Mello, y resultaron heridas cerca de 100 personas. Cinco años más tarde, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una resolución que designaba el 19 de agosto como Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Cada año, este día internacional cada año se centra en un tema diferente y reúne a socios de todo el sistema humanitario para abogar por la supervivencia, el bienestar y la dignidad de las personas afectadas por las crisis y por la seguridad de los trabajadores humanitarios.
Organizado anualmente por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria muestra la importancia, la eficacia y el impacto positivo del trabajo humanitario.
El Global Humanitarian Overview 2024 (GHO) -que engloba las necesidades humanitarias de todo el mundo, incluidos los países donde trabaja ACNUR- requiere 48.650 millones de dólares para ayudar a 186,5 millones de personas necesitadas en 71 países a través de 43 planes de respuesta coordinados.
A finales de julio de 2024, la financiación informada del GHO asciende a 12.260 millones de dólares, o lo que es lo mismo, un 11 % menos que el año pasado (13.800 millones de dólares) en el mismo período. La brecha existente entre las necesidades financieras y la financiación se sitúa en más de 63.000 millones de dólares. Más de la mitad de los planes de asistencia humanitaria se financian por debajo del promedio mundial, muchos de ellos significativamente menos. Y es que los llamamientos que se hacen se financian en un 25 % de media, que es el mismo porcentaje a que finales de julio de 2023.
Por eso, es tan importante la ayuda de todos para que la asistencia humanitaria no cese en los países que más la necesitan. Millones de personas que sin esa ayuda no podrían sobrevivir.
ACNUR trabaja los 365 días del año para que sus equipos, presentes en más de 130 países, estén preparados ante cualquier eventualidad. Esto requiere de un trabajo previo de seguimiento, suministro y negociación con gobiernos de todo el mundo. ¿Qué ocurre cuando estalla una emergencia? Comienza nuestra respuesta en tres fases y las 72 primeras horas son vitales.
Foto: © ACNUR/Ariadne Kypriadi
FASE 1: Artículos básicos
En 72 horas, ACNUR organiza la distribución de artículos básicos de primera necesidad, como mantas, tiendas de campaña, colchones o utensilios de cocina desde alguno de nuestros siete almacenes de emergencia. Estos están localiza - dos en lugares estratégicos de todo el mundo. Así, a través de camiones de carga, barcos y otros vehículos podemos transportar los suministros hasta donde la gente los necesita. Incluso en las zonas más remotas y de difícil acceso.
FASE 2: personal experto
Al mismo tiempo, despliega personal especialista en emergencias, formado para ayudar en situaciones de crisis. Garantiza la presencia de expertos humanitarios en materia de protección, refugio, asistencia sanitaria y agua y saneamiento, entre otras áreas de ayuda. Estos expertos están preparados para dejarlo todo y responder a una crisis en un plazo de 72 horas. Muchos tienen siempre las maletas hechas.
FASE 3: Ayuda financiera
Desde ACNUR, también transfiere fondos directamente para apoyar las emergencias. En un primer instante, contar con fondos disponibles es imprescindible para desplegar la respuesta. Pero lo realmente importante es la financiación más allá de la emergencia: contar con recursos financieros todo el año permite mantener los suministros bien abastecidos, al personal bien formado y, en definitiva, define la capacidad de poder salvar vidas.
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