La UNESCO publica un informe sobre Educación en el mundo que destaca la brecha educativa de migrantes, refugiados y desplazados. ACNUR pide más inversión para niños y adolescentes que han tenido que huir de persecuciones y conflictos.
Más de la mitad de los niños refugiados no tienen acceso educación. Un dato que sube hasta el 77% cuando hablamos de secundaria. Para Volter Türk, Alto Comisionado Auxiliar para la Protección de ACNUR, este informe llega en el momento oportuno para recordar que el compromiso de la ONU de no dejar a nadie atrás debe tener en cuenta también a los niños que han tenido que huir.
La principal solución: incluir a migrantes, refugiados y desplazados en los sistemas educativos nacionales para garantizar una educación inclusiva y contribuir a sociedades estables y productivas. Ver informe Educación en el mundo
Los informes de ACNUR coinciden en las conclusiones:
Abed tenía algunos problemas en el colegio cuando llegó a Líbano. Se enfrentaba a un idioma diferente tras una situación traumática, la de haber tenido que huir de la guerra en Siria.
Un día, uno de sus profesores se dio cuenta de su gran capacidad para las matemáticas. Este trabajador de la ONG socia de ACNUR en Líbano, Teach for Libano, ha ayudado a que Abed se convierta, no solo en uno de los mejores de su clase, sino también es el encargado de enseñar matemáticas al resto de sus compañeros.
Aunque cada vez más gobiernos incluyen a niños y niñas refugiados en sus sistemas educativos, los obstáculos son muchos:
Millones de personas refugiadas vivirán en el exilio durante muchos años. La media de estancia es de 17 años en un campo de refugiados. Un periodo más largo que una infancia, durante el que muchos niños y adolescentes no tendrán acceso a educación.
La falta de oportunidades para ir hoy al colegio impactará en el resto de sus vidas. Cada año de escolarización ayudará a que generen un 10% más de ingresos el día de mañana. Ayuda a que niños refugiados como Abed puedan terminar sus estudios tras haber tenido que huir.