Cada año, entre los miles de personas que se ven obligadas a huir de guerras, conflictos y persecuciones se esconden cientos de historias de superación. Personas que, tras haber pasado por situaciones dramáticas, han sabido recomponerse para emprender un futuro.
Hoy queremos compartir con vosotros 4 de ellas.
Nooria trabajaba como matrona en Afganistán en una zona bajo el control de los talibanes.
Cuando se quedó embarazada, su marido la abandonó. Dado que no podía criar sola a su hijo en su país, decidió emprender una marcha que le llevaría un mes hasta llegar a Austria junto a su pequeña.
Una vez allí, una pareja austriaca decidió acoger a Nooria y a su hija en casa, donde la refugiada tuvo que aprender a montar en bicicleta para poder moverse por sí misma. Ahora, Nooria se siente feliz en su nuevo país y quiere compartir su historia de superación con todo aquel que necesite esperanza.
Yusra Mardini tiene sólo 18 años y ya se ha hecho todo un nombre en el campo del deporte. Esta refugiada siria viajaba junto a su hermana para cruzar la travesía del Mediterráneo para huir de la guerra en Siria cuando la embarcación en la que viajaban quedó encallada. Yusra salvó la vida de las 18 personas a bordo llevando a nado la embarcación por el mar Egeo.
Sólo un mes después, la joven nadadora siria formaba parte del Equipo Olímpico de Refugiados en Río de Janeiro, donde competía en estilo libre y mariposa. Allí, Yusra quiso nadar en nombre de todos los refugiados que no pueden volver a su país para lanzarles un mensaje de esperanza.
“Quiero que todo el mundo haga lo que le dicte el corazón, aunque crea que es imposible”
Mensaje de Yusra Mardini, la protagonista de toda una historia de superación.
Historias de superación: Una madre adolescente raptada por el LRA
Ahora, Rose tiene 17 años, un trabajo estable y una “vida normal”, pero detrás de su rostro se esconde toda una historia de superación personal.
Esta refugiada de la República Democrática del Congo pasó casi dos años prisionera del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en francés). Allí se quedó embarazada, pero tras considerar el aborto, decidió tener al bebé y, poco a poco, ha aprendido a querer a su hijo.
La palabra “futuro” resulta especialmente difícil de pronunciar cuando tu vida se sitúa en un campo de refugiados. Pero si la creatividad se agudiza en tiempos de crisis, la historia de estos tres refugiados sirios en el campo de Azraq, en Jordania, es la mejor prueba de ello.
Los 3 emprendedores han recuperado la ilusión creando un futuro mejor no sólo para ellos, sino para cientos de personas que viven junto a ellos en el campo de refugiados: desde remedios medicinales para curar a otros refugiados hasta inventos para proveer de luz a miles de refugiados.
Entre los más de 65 millones de refugiados en el mundo, cada día se escriben historias de superación como éstas. Envía ayuda para que podamos seguir contándolas.
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