Más de 6 años de guerra en Siria han puesto en riesgo a ciudades históricas y Patrimonio de la Humanidad como la antigua ciudad de Palmira. Siria, poseedora de algunos de los monumentos y ciudades más bonitos del mundo, muestra ahora un panorama desolador convertida en poco más que escombros.
4 datos sobre Palmira, Siria
Quienes tuvieron la suerte de conocer la histórica ciudad de Palmira han traído con ellos sus anhelos hasta los campos de refugiados al otro lado de las fronteras de su país.
Mahmoud, este artista sirio procedente de Dara’s, ha decidido recrear el histórico lugar en el campo de Zaatari en Jordania. Para él, es una forma de no olvidar su país, ahora destruido por la guerra.
“Mucho de lo que sabemos sobre las civilizaciones antiguas o prehistóricas se ha conservado a través del arte. Los jeroglíficos del antiguo egipcio o las pinturas de las cuevas”.
Junto a otros artistas que habitan en uno de los campos de refugiados más grande del mundo, han recreado una docena de monumentos históricos y culturales de su Siria natal para mostrar la destrucción causada por la guerra.
Estos artistas refugiados trabajan con los materiales más básicos que pueden conseguir en sus circunstancias: piedra, poliestireno o madera descartada. Con ello han construido maquetas y esculturas de los lugares más icónicos de su país, como la Antigua ciudad de Palmira y el castillo del Crac de los Caballeros, en Homs. Esperan que los actuales habitantes de Zaatari puedan volver a conectar así con su país y con su cultura, de las que un día se vieron forzados a huir.
Para Mahmoud, haber traído hasta Jordania la ciudad de Palmira es la única garantía de que seguirá en pie, pase lo que pase, más allá de su memoria.