Inventos curiosos hechos por y para los refugiados

Le llaman el ingeniero “loco del desierto”, pero Tateh sabe bien lo que hace. Tras crecer en una casa de adobe con techo de zinc, uno de los materiales que más transmiten el calor, quiso construir una casa para su abuela que la proteja del calor, la lluvia y las tormentas de arena.

Con botellas de plástico rellenas de arena, el sol ya no llega directamente y la forma circular impide la acumulación de arena. Una capa de cemento exterior lo aisla del agua. ¿El resultado? Una casa con un 80% de material reciclado que tardará una semana en construirse.

Este invento curioso ha sido seleccionado por ACNUR como proyecto piloto para refugiar en condiciones extremas, y ya se han construido ya 25 casas en el Tinduf, en Argelia.

Una cama hecha con lodo, un estudio de radio, una increíble terraza de madera donde pasar la tarde y una mesa plegable para tomar el té con su mujer forman esta magnífica casa. Lo más increíble es que todo ello ha sido construido por Repan, un sudanés que lleva toda la vida refugiado en Etiopía. En medio de un campo de refugiados, su ingenio le ha llevado a construir esta vivienda de dos pisos desde la que sueña con cuál será su próximo invento.

El norte de Uganda refugia a casi un millón de sursudaneses que han tenido que escapar del hambre y la guerra. Pero si las dificultades agudizan el ingenio, este invento curioso es todo un ejemplo de ello.

Con los descartes de neumáticos de coches que sacan del mercado de Nymanzi, estos refugiados han comenzado a crear sus propias sandalias. ACNUR y otros socios colaboradores les ayudan a generar ingresos a través de la venta de este producto hecho con materiales reciclados.

Palmira fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero la guerra en Siria ha puesto esta preciosa ciudad en peligro desde hace un tiempo. Para XXXX, el arte se lleva en el corazón y no ha querido permitir que cientos de refugiados sirios olviden la cultura de su tierra patria.

Por eso, junto a otros artistas del campo, han comenzado la reconstrucción de monumentos sirios con los materiales reciclados que han tenido a su alcance. Así ha quedado la ciudad de Palmira con palitos de brochetas de kebab: una verdadera obra de arte.

Al igual que Palmira, otros Patrimonios Históricos han sido destruidos por la violencia y los desastres naturales en los últimos años.

Las habilidades tradicionales de los artesanos de Mali les ayudan a reconstruir sus vidas. Trabajan cerca de diseñadores franceses para conseguir productos de calidad, que tengan venta internacional a través del comercio justo. Después de años de exilio en Burkina Faso, han formado un equipo que explora las técnicas modernas y nuevas posibilidades laborales que les permitan expresar su identidad cultural y se conviertan en su medio de vida. Trabajar con diseñadores franceses, les ayuda a abrir su mente al mercado internacional.