La ruta de Sudán a Libia está llena de dificultades y desafíos. El nuevo informe de ACNUR y el Centro de Migración Mixta (Mixed Migration Center o MMC, por sus siglas en inglés) “En este viaje, a nadie le importa si vives o mueres”, muestra cómo las personas que huyen a través de estas rutas caen en manos de traficantes, redes de trata o sufren una violencia extrema por parte de milicias o funcionarios gubernamentales.
“Los terribles abusos que sufren los refugiados y migrantes en estas rutas, han permanecido invisibilizadas. Este informe documenta los asesinatos y la violencia perpetrada contra personas desesperadas que huyen de la guerra, la violencia y la persecución”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
1.750
personas fallecidas en estas travesías en 2018 y 2019.
72
personas muertas cada mes de media.
El 31%
ha sido testigo o ha sobrevivido a la violencia sexual en 2018 o 2019.
Los datos no reflejan toda la realidad. En la actualidad, todavía no hay forma de precisar el número de muertes a lo largo de la ruta cada año. Muchas personas fallecen en el desierto del Sahara y sus muertes no son registradas oficialmente; otros caen enfermos o mueren en accidentes de coche, o como consecuencia de la violencia sufrida durante el viaje a través de algunas zonas de África occidental. No obstante, según los datos del informe, recopilados a través del programa 4Mi del MMC y otras fuentes, en 2018 y 2019 hubo un promedio de, al menos, 72 muertes cada mes. La cifra convierte a esta ruta en una de las más mortales para refugiados y migrantes en todo el mundo.
Djokal, de 19 años, es solicitante de asilo senegalés. “Fui prisionero varias veces desde que salí de mi país. He estado encerrado en una habitación durante días, sin comida ni agua; nadie te dice por qué estás detenido. Nos detuvieron en el desierto y su intención era matarnos. Puedes morir en el desierto, puedes morir en Libia, puedes morir en el mar". Djokal fue rescatado por un barco pesquero español junto con 11 personas a finales de 2018 después de partir de Libia; luego desembarcó en España.
Las personas refugiadas dentro de Libia corren un riesgo mayor de sufrir abusos. El conflicto aún activo y la falta de orden y ley permite a los tratantes, traficantes y milicias actuar con impunidad. Ante esta situación, las autoridades libias están trabajando para frenar la actividad de estos grupos armados y han aumentado las redadas y el control sobre las redes de trata y los traficantes.
“Los datos muestran que Libia no es un lugar seguro al que retornar a la gente”.
Bram Flouws, Jefe del Centro de Migración Mixta.
Muchas personas que intentaron cruzar por mar hacia Europa fueron interceptadas por los guardacostas libios y retornadas a las costas de Libia. Estas personas a menudo son recluidas de forma arbitraria en centros de detención oficiales, donde se enfrentan a abusos diarios y a condiciones deplorables.
En los últimos años, se han dado pasos para abordar la situación en Libia. Algunos criminales responsables de los abusos y de las muertes han sido sancionados o arrestados. Además, el número de personas mantenidas en los centros de detención ha disminuido.
ACNUR defiende que se ponga fin a la detención arbitraria de refugiados y solicitantes de asilo y ofrece su apoyo a las autoridades libias en la identificación y puesta en marcha de alternativas a la detención.
Ayuda a los refugiados