Estas ayudas son un medio para lograr el objetivo fundamental de ACNUR: salvar vidas y proteger a las personas. Pero también para que los refugiados recuperen la normalidad y el control sobre sus vidas y dejen de depender, a la larga, de la ayuda humanitaria. ACNUR proporciona este tipo de ayuda en todas las fases del desplazamiento: primero para sobrevivir y despúes para prosperar.
Gracias a este proyecto, la población refugiada puede hacer frente a necesidades específicas, como iniciar un negocio; o atender necesidades continuas, como alquilar una vivienda, comprar comida, adquirir medicamentos o acceder a la educación.
20 millones
de personas han recibido ayudas en efectivo en todo el mundo desde 2016.
+ 100 países
dentro del programa de ayudas en efectivo de ACNUR.
30 %
de las ayudas están destinadas a la protección.
El objetivo del programa es ayudar a las personas refugiadas, solicitantes de asilo, retornadas, desplazadas internas y apátridas a cubrir sus necesidades con dignidad, a estar protegidas y a ser más resilientes.
ACNUR y sus socios, a través de equipos de asistencia social, llevan a cabo la selección de los beneficiarios. Tienen prioridad los grupos con mayor vulnerabilidad, como mujeres cabezas de familia o embarazadas, personas con discapacidad y personas mayores.
En los últimos años, más de 20 millones de personas de 100 países en todo el mundo se han beneficiado de estas ayudas. Para Naciones Unidas esta iniciativa es una de las más importantes reformas que ha vivido la asistencia humanitaria recientemente.