La Tierra nunca antes había sufrido cambios climáticos de gran impacto por efecto de la acción del hombre. En las últimas décadas, el deterioro de la...
La Tierra nunca antes había sufrido cambios climáticos de gran impacto por efecto de la acción del hombre. En las últimas décadas, el deterioro de la capa de ozono ha originado un aumento progresivo de las temperaturas en todas las regiones del mundo y toda una serie de efectos derivados de él.
Este periodo coincide con los mayores niveles de industrialización, desarrollo y avances tecnológicos en la historia de la humanidad. Nuestra vida se ha vuelto más sencilla, aunque la mayoría de las veces ha sido a costa del equilibrio medioambiental.
La preocupación no es nueva: empezó a principios de los años 80, cuando quedó claro que era necesario armonizar el desarrollo industrial con el bienestar de los entornos en los que convivimos. Las organizaciones independientes y varios organismos surgidos de la sociedad civil fueron los encargados de señalar tales excesos.
Hoy en día, el calentamiento global es el gran reto al que se enfrenta el planeta. ¿Cómo paliar sus efectos? ¿Qué acciones preventivas podemos llevar a cabo? Empecemos por hacer un repaso a las causas de este fenómeno.
Antes que nada, es preciso aclarar que también existen causas naturales para explicar este fenómeno; es decir, aquellas que obedecen a ciclos propios de la Tierra como parte del sistema solar y de sus transformaciones.
Sin embargo, el impacto de estas causas es insuficiente para explicar el calentamiento global actual. Por el contrario, son las causas artificiales, es decir, aquellas derivadas de la acción del hombre, las que juegan un papel determinante en este sentido. Veamos cuáles son y qué efectos añadidos generan en las regiones y sus habitantes:
1) Emisión de gases de efecto invernadero:
Hablamos básicamente de la emisión de dióxido de carbono, que en la actualidad es el elemento más nocivo para la estabilidad del planeta. Este componente se produce tras la quema de combustibles fósiles como, por ejemplo, la gasolina que consumen día a día los coches o la producción de electricidad. El dióxido de carbono, junto a otros gases derivados de la industria, hace que las partículas de la capa de ozono se desintegren y la Tierra se exponga de forma directa a los rayos solares.
Las principales consecuencias de este efecto no solo se reflejan en el progresivo aumento de la temperatura, sino también en el deshielo de los polos, la alteración de los ciclos vitales, la desaparición de especies animales, las sequías y, sobre todo, el desplazamiento y las crisis alimentarias. Se calcula que el año pasado más de 150 millones de personas se vieron obligadas a dejar su lugar de residencia por efectos relacionados con el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono.
2) Deforestación:
Los árboles desempeñan un papel importante en el equilibrio medioambiental, ya que convierten el dióxido de carbono en oxígeno. Al haber menos árboles, tal como sucede en regiones como el Amazonas, los niveles de CO2 en la atmósfera aumentan y favorecen el deterioro de la capa de ozono. Además, la calidad del aire que respiramos empeora, sobre todo en grandes centros urbanos o zonas industriales, generando enfermedades de tipo respiratorio y cardiaco.
3) Uso de fertilizantes en el campo:
La superpoblación de la Tierra, junto con otros motivos, plantea nuevos retos, entre ellos el de la producción de alimentos. En su afán por cubrir una demanda cada vez más amplia, la gran mayoría de las empresas de la industria alimentaria emplean fertilizantes para aumentar los niveles de producción de alimentos. Dichos fertilizantes están elaborados a base de óxido de nitrógeno, que es incluso más perjudicial que el dióxido de carbono, y generan daños adicionales en los propios campos de cultivo. A largo plazo, se convierten en zonas yermas y desérticas. Muchos desplazamientos en el mundo también se pueden explicar por el uso excesivo de este tipo de fertilizantes y elementos químicos en la agricultura.
A lo anterior habría que añadir otro elemento: según los expertos, el año 2015 fue catalogado como el más caluroso de la historia. Esto puede explicar de algún modo el aumento de huracanes, tornados, ciclones, inundaciones, desbordamiento de ríos y otros fenómenos que tienen una incidencia directa en el desplazamiento forzoso de millones de personas en el mundo cada año.