El agua salubre es de vital importancia para la vida y la salud pública. El ser humano la utiliza para beber, en la vida doméstica, para la agricultura...
El agua salubre es de vital importancia para la vida y la salud pública. El ser humano la utiliza para beber, en la vida doméstica, para la agricultura o la ganadería. Sin embargo, hay muchas zonas del mundo en las que el agua potable es un bien escaso al que no todos tienen acceso. Es el caso del agua para los refugiados: muchos no tienen acceso a ella. Por ello, es importante saber cómo potabilizar el agua y así buscar soluciones duraderas para que todo el mundo tenga acceso a ella.
Potabilizar el agua consiste en tratar el agua no potable para que se convierta en apta para el consumo y no sea perjudicial para las personas. Mediante este proceso se eliminan sustancias tóxicas para el ser humano que pueden estar presentes en el agua, como arena, virus, bacterias, plomo o incluso zinc.
La potabilización del agua se lleva a cabo habitualmente en plantas potabilizadoras, lugares donde se trata el agua para que sea apta para el consumo. También se pueden utilizar otros métodos para potabilizar el agua que no requieren de una planta potabilizadora, como los que proponen otras organizaciones como Acciona y Oxfam.
Cuando Asha y su familia llegaron a Uganda, los refugiados como ella tenían que hacer cola durante horas para conseguir agua potable. La fuente se encontraba a 100 km de distancia, así que el agua tenía que ser transportada por camiones. “Llegamos en época de lluvias”, cuenta Asha. “Los camiones se quedaban atascados en el camino y era muy difícil para nosotros conseguir agua.”
Por suerte todo mejoró cuando se instaló un punto de agua que funciona con energía solar cerca de su casa, en el campo de refugiados de Bidi Bidi. Con una capacidad de bombeo de 85.000 litros por hora, este punto de agua abastece a 200.000 refugiados y a sus comunidades de acogida.
“Ahora, cada pueblo tiene al menos 3 o 4 grifos”, explica Asha. “Si ves que hay dos personas esperando, puedes ir rápidamente donde solo hay una. Ahorras tiempo y cada vez que vas tienes agua.”
ACNUR trabaja para que todos los refugiados tengan acceso a la cantidad de agua potable necesaria para llevar una vida digna. En situaciones de emergencia se facilitan 15 litros por persona y día a los refugiados; en los campos de refugiados, esta cantidad aumenta a los 20 litros por persona y día. ACNUR no solo trabaja en la distribución de agua, sino que también, con la ayuda de sus socios, construye nuevos puntos de agua, pozos, se encarga de la potabilización del agua en los campos de refugiados y proporciona servicios de saneamiento, como la construcción de letrinas y las campañas de promoción de la higiene.