La República de Mozambique está situada al sureste de África, a orillas del océano Índico. Limita con Tanzania, Malaui, Zambia, Zimbabue, Suazilandia y Sudáfrica. Su capital es...
La República de Mozambique está situada al sureste de África, a orillas del océano Índico. Limita con Tanzania, Malaui, Zambia, Zimbabue, Suazilandia y Sudáfrica. Su capital es Maputo y la primera vez que se supo algo del país en Europa fue tras las exploraciones de Vasco da Gama en 1498 y en la colonización de Portugal en 1505. En el año 1975 Mozambique consiguió su independencia, a la que le siguió una larga guerra civil entre 1977 y 1992.
En la actualidad cuenta con una población de 21.669.278 habitantes. Debido a la pobreza y las precarias condiciones de vida, muchos mozambiqueños emigran a Portugal, Brasil y Sudáfrica. Los recientes conflictos armados en Mozambique sumados a desastres naturales han provocado daños graves en la situación vital de miles de personas que se ven obligadas a desplazarse. Todo esto en medio de la pandemia de COVID-19.
En 2016 miles de mozambiqueños comenzaron a huir de su país a causa del conflicto armado y la violencia cada vez más generalizada y a pedir asilo en Malaui. La mayoría de los exiliados eran procedentes de la provincia de Tete, foco principal de los enfrentamientos entre el grupo opositor RENAMO y las fuerzas gubernamentales.
Durante 2019 el país sufrió los embates del ciclón Idai que dejó a miles de personas en situación de extrema vulnerabilidad, obligando a una acción urgente y coordinada entre ACNUR, sus socios locales y el gobierno mozambiqueño para reubicar a miles de familias desplazadas y asegurarles los medios básicos de subsistencia. El desastre natural se produjo a mediados de marzo de 2019 y afectó también a Malawi y a Zimbabue, aunque Mozambique fue el más afectado con 600 muertos y más de 1.600 heridos, además de que 240.000 hogares se vieron afectados y más de 111.000 quedaron totalmente destruidos.
Ese mismo año, Mozambique padeció los efectos destructivos del ciclón Kenneth. ACNUR se hizo presente en aquella ocasión en Pemba, al noreste del país, registrando los daños y e inundaciones provocadas por el ciclón que afectó de manera directa a más de 160.000 personas que quedaron vulnerables y con diferentes necesidades de alimento, agua y refugio.
El conflicto armado volvió a aparecer en 2020, esta vez en la provincia de Cabo Delgado, con la injerencia de militares armados arrasando aldeas, quemando casas y abriendo fuego sobre la población indefensa. Esto obligó a un nuevo desplazamiento forzoso de miles de personas que tuvieron que huir para salvar su vida. Una violencia que no se detiene, que sigue vigente hasta hoy y que se suma a nuevos desastres naturales en medio de una pandemia de COVID-19, situando a Mozambique en medio de una grave crisis.
Una situación de triple amenaza es la manera más adecuada de definir la crisis actual que atraviesa Mozambique: conflictos armados, emergencia climática y pandemia de COVID-19.
A finales de marzo de este año, el pueblo costero de Palma sufrió un ataque armado que obligó a huir a más de 30.000 personas, de las cuales el 43 % son niños y 300 son menores no acompañados. Esto se suma a las más de 700.000 personas desplazadas internas en las provincias de Cabo Delgado, Nampula, Niassa, Sofala y Zambesia, todas como resultado de la violencia sufrida en la zona desde 2017.
En este contexto de violencia extrema, el país aún se recupera de los ciclones de 2019 y en medio de la pandemia de COVID-19. ACNUR estima que a finales de junio de 2021, el número de desplazados forzados superaba el millón de personas.
ACNUR trabaja de manera intensa en Mozambique para proporcionar atención, protección y servicios básicos a todas aquellas personas que se han visto obligadas a huir a causa de la violencia política y los desastres climáticos. La asistencia se basa en el apoyo de material básico de emergencia (artículos de cocina, mantas, lámparas solares, etc.), apoyo psicosocial y refugios seguros.
Existen 32.000 hogares de desplazados internos en Mozambique que recibirán apoyo con material básico de emergencia. Unos 20.000 desplazados internos recibirán refugios de emergencia y 3.000 desplazados internos con discapacidad recibirán apoyo específico. ACNUR también tiene previsto asegurar la matriculación escolar de 2.100 niños refugiados y solicitantes de asilo.
ACNUR también ha hecho un llamamiento a las autoridades de Tanzania para que se otorgue refugio y protección a las mozambiqueñas y mozambiqueños que llegan al país vecino huyendo de la violencia. También ha expresado su preocupación por los reportes recibidos de miles de personas que habían llegado a Tanzania y que fueron obligadas de manera forzada a regresar a su país.