La lucha contra la desnutrición infantil es una de las prioridades de ACNUR. Además del impacto directo en la salud de los niños y niñas que...
La lucha contra la desnutrición infantil es una de las prioridades de ACNUR. Además del impacto directo en la salud de los niños y niñas que la sufren, la desnutrición acarrea otros problemas a largo plazo, como retrasos en el crecimiento, deterioro cognitivo, un sistema inmune debilitado, y otras secuelas irreversibles.
Por ello, desde que la población procedente de Sudán del Sur comenzó a llegar a Etiopía hace más de ocho años, prevenir la desnutrición y garantizar la salud de los niños y niñas refugiadas ha sido una parte importante del programa de ACNUR en los campamentos que les dieron cobijo. Hoy en día, un total de siete campamentos alojan a cerca de 380.000 personas refugiadas sursudanesas en la región de Gambella, una de las más pobres del país. Pero no son los únicos refugiados en Etiopía: en Melkadida y Dollo Ado viven más de 215.00 personas refugiadas procedentes de Somalia, y el país también acoge a refugiados de Eritrea o Sudán.
La solidaridad malagueña ha estado presente también en la región de Gambella, puesto que la Diputación de Málaga ha sido una de las instituciones que apoyó el programa de ACNUR en Etiopía durante el año 2021. En concreto, colaborando con el programa destinado a mejorar las condiciones nutricionales de cerca de 58.000 niños y niñas menores de cinco años en los siete campamentos.
Y como la desnutrición no tiene una única causa, sino que está relacionada con factores como la limitada disponibilidad de otras fuentes de alimentos, servicios de agua, saneamiento e higiene deficientes, prácticas inadecuadas de alimentación de los lactantes y los niños pequeños, o la reducción de las raciones de alimentos debido a la falta de recursos, el proyecto desarrollado por ACNUR abarca una diversidad de actividades que incluyen el apoyo a la comunidad refugiada para que forme parte de la solución, el apoyo a los programas de alimentación suplementaria y tratamiento de la desnutrición, y la promoción de buenas prácticas y medios de vida sostenibles.
Nuestra compañera Laure Salies estuvo recientemente contándonos en un webinar los avances que ha habido en los últimos años y también los principales retos que aún quedan por afrontar. “En los cuatro últimos años, hemos logrado ver una clara reducción en las tasas de desnutrición aguda y grave, y también en las de anemia y mortalidad infantil. Y ello gracias, entre otros motivos, a prevenir la desnutrición incluso en situaciones de emergencia antes de que aparezca, implicando a toda la comunidad en su detección y tratamiento, y fomentando una alimentación más rica y variada aun en los contextos más complejos”, comentó.
Las contribuciones que recibe ACNUR para este y otros programas son las que permiten la inmensa mayoría de las actividades que estamos realizando. “Etiopía es un país muy generoso en la acogida a población refugiada – concluyó Laure- pero sus recursos son escasos, y es necesario continuar apoyándole para que los refugiados procedentes de Sudán del Sur, Somalia o Eritrea y la propia población local de acogida puedan afrontar sus necesidades más básicas”.