El discurso de la joven activista Greta Thunberg ante la Cumbre de Acción Climática y la posterior demanda presentada ante la ONU puso nuevamente en relieve en todo...
El discurso de la joven activista Greta Thunberg ante la Cumbre de Acción Climática y la posterior demanda presentada ante la ONU puso nuevamente en relieve en todo el mundo un problema que lleva muchos años siendo preocupante: el cambio climático.
Según Greenpeace, el cambio climático representa hoy por hoy la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta el ser humano. Sobre todo, porque las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles siguen siendo una realidad y constituyen dos causantes fundamentales del cambio climático.
El objetivo que se han impuesto alrededor de 200 países es un aumento máximo de 1,5ºC de la temperatura en el planeta, teniendo en cuenta que de acuerdo con mediciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el periodo 2015-2019 será el quinquenio más cálido registrado en la historia.
Y todo esto, con las consecuencias catastróficas que conlleva para el hábitat humano: ríos que se secan, campos de cultivos perdidos de manera íntegra por la falta de agua y las altas temperaturas, playas que ya no existen y un aumento considerable del nivel del mar que sitúa a ciudades enteras bajo la amenaza de quedar sumergidas.
Los problemas de medioambiente y los desastres naturales provocados por el cambio climático también generan desplazamientos masivos de poblaciones. Las sequías y las inundaciones, así como el aumento de las temperaturas y la desertificación generan que muchas comunidades se vean obligadas a desplazarse o a morir de hambre.
Países como Sudán del Sur, Somalia o Yemen son los que más sufren en este sentido. ACNUR trabaja para dar protección internacional a estas personas que se conocen como desplazados climáticos, aunque no es exacto usar el término de “refugiados climáticos”. Sobre todo, porque este concepto no está reconocido por el derecho internacional y, por lo tanto, es difícil establecer la cantidad de refugiados que se han desplazado por motivos vinculados con el cambio climático.
La gran mayoría de desplazamientos por esta causa son de carácter interno, es decir, dentro de un mismo país. Lo que sí se pudo saber es que, de acuerdo con el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, en 2017 hubo 17, 2 millones de nuevos desplazamientos internos vinculados con los desastres naturales.
Las políticas gubernamentales son fundamentales en este sentido, en la necesidad de tomar medidas drásticas que controlen la emisión de gases en las empresas energéticas, sobre todo las que usan petróleo, gas y carbón (las denominadas energías sucias). También que apuesten por las energías renovables combinadas con una inversión tecnológica que permita su aplicación a gran escala para ir abandonando progresivamente las otras que contribuyen a agravar el problema del cambio climático.
La ONU cuenta con diversos instrumentos jurídicos para obligar a que los países acentúen su compromiso en pos de reducir el cambio climático. Entre ellos, figuran la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París. En su última Cumbre sobre el Clima, donde Greta Thunberg dio su discurso que se volvió viral, la ONU hizo un aporte fundamental para que el problema del cambio climático sea una preocupación en todo el mundo y empiece a ser un tema prioritario en la agenda de los gobiernos de aquí en adelante.