Drones en África, un recurso para mejorar la atención a los refugiados

Drones en África, un recurso para mejorar la atención a los refugiados

Hoy día es común oír hablar de los drones, esos pequeños aviones no tripulados que pueden ser controlados de forma remota y que se han convertido...

28 de marzo, 2017

Tiempo de lectura: 3 minutos

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Hoy día es común oír hablar de los drones, esos pequeños aviones no tripulados que pueden ser controlados de forma remota y que se han convertido en una eficaz herramienta tanto para proyectos profesionales como para el ocio y la diversión.

El hecho de que los drones no lleven tripulación a bordo supone un mayor margen de maniobra. Pueden realizar tareas aéreas que el hombre, a bordo de un avión habitual, no lograría efectuar con la misma facilidad.

Sin embargo, no todos los drones son iguales. Varían en función del tamaño, el peso, las características de los sensores que utilicen y hasta el tipo de actividad que realicen, como es el caso de los drones empleados por ACNUR para evaluar las necesidades de territorios afectados por las guerras y el desplazamiento forzoso.

 

Drones para ayudar a los refugiados, ¿cómo son?

Técnicamente, los drones que emplea ACNUR en los proyectos de evaluación y control de la asistencia humanitaria que se proporciona en algunos países (sobre todo en África) son los mismos que los que se usan para fines particulares o militares.

No obstante, en este caso la diferencia está en los objetivos. Los equipos de atención han encontrado en este tipo de artefactos una herramienta útil para medir el alcance y la eficacia de los planes de atención y acogida.

¿Cómo lo hacen? Los drones sobrevuelan los campamentos de refugiados o aquellas zonas especialmente golpeadas por las guerras con el fin de capturar imágenes, vídeos, coordenadas y toda la información que sirva a la hora de elaborar mapas de las zonas e identificar las necesidades más apremiantes de las personas.

En esta primera fase del proyecto, que comenzó en noviembre pasado, los drones se han usado de forma creciente en países como Níger, Burkina Faso y Uganda, aunque a corto y medio plazo se quiere ampliar su influencia.

En todos estos países, su uso ha resultado fundamental para identificar nuevos focos de atención humanitaria, rastrear la evolución de los campos de refugiados instalados en ciertas zonas y, en algunos casos concretos, prevenir y mitigar los desastres naturales, que a veces provocan nuevos desplazamientos.

El T-800 M, el dron de ACNUR que salva vidas en Nigeria

Nigeria sufre un nuevo brote de violencia, que desde el año 2013 ha obligado a más de 183.000 personas a abandonar el país y buscar refugio en algunos países de la zona, como Chad, Níger y, sobre todo, Camerún.

Las necesidades en la frontera con este último país son apremiantes. Se trata de una zona poco accesible que los refugiados deben cruzar para llegar a los campamentos de refugiados y que supone múltiples riesgos, especialmente para las mujeres y los niños.

Para tener una visión más clara del terreno, ACNUR recurrió a un ingeniero nigeriano, que ideó un modelo de dron simple, el T-800 M, el cual cuenta con la autorización del Gobierno de ese país para sobrevolar la zona afectada por el desplazamiento forzoso y evaluar las principales necesidades de la población.

Gracias a este artefacto, que ha capturado una serie de imágenes fijas del terreno, en el último año se han podido identificar nuevos focos de atención, reforzar la ayuda con la provisión de agua, letrinas, instalaciones educativas y centros de salud y ponderar el crecimiento de los campos de refugiados de Kabelawa y Sayam Forage.

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