El empoderamiento de la mujer luchadora El empoderamiento de la mujer luchadora

El empoderamiento de la mujer luchadora

La violencia y el maltrato son una realidad para muchas mujeres en todo el mundo. Según datos de ACNUR, las mujeres y las niñas representan alrededor del 50 % de...

6 de septiembre, 2018

Tiempo de lectura: 3 minutos

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La violencia y el maltrato son una realidad para muchas mujeres en todo el mundo. Según datos de ACNUR, las mujeres y las niñas representan alrededor del 50 % de los refugiados y, en muchas ocasiones, se encuentran en situaciones de vulnerabilidad por estar embarazadas, ser discapacitadas, viajar solas o por la edad. Una mujer refugiada es una mujer luchadora que debe superar dificultades cada día debido a su género. Te contamos cómo superan los obstáculos que se le presentan.

¿A qué problemas se enfrenta una mujer refugiada?

Las mujeres que viven en zonas de conflicto no solo pueden ser víctimas de bombardeos, sino que también pueden sufrir violencia sexual, maltrato o discriminación. En ocasiones, durante los desplazamientos a zonas más seguras son atrapadas por las redes criminales de trata de personas o agredidas.

Además, en los lugares de destino deben sacar a sus familias adelante y para ello requieren ayuda. Esa ayuda debe ser a largo plazo y se logra mediante el empoderamiento.

¿Cómo se empodera a una mujer?

Para empoderar a una mujer, hay que dotarla de habilidades que le permitan ganarse la vida por sí misma y obtener la independencia económica. La educación y la formación son la clave.

Un ejemplo en este sentido es el de la ingeniera siria Anan Jakich que huyó de su país y se refugió en Alemania. Sus habilidades en tecnología informática se vieron afectadas debido a los años de conflicto y cuando llegó a su país de acogida escuchó hablar de la ReDI School of Digital Integration, una escuela de Berlín que ofrece cursos gratuitos de programación y tecnología a los recién llegados.

Yusra Mardini, un ejemplo de mujer luchadora

Yusra Mardini y su hermana Sarah son dos hermanas sirias que aprendieron a nadar cuando eran pequeñas. Su padre les enseñó a competir y llegaron a formar parte del equipo nacional.

En 2015, las hermanas se vieron obligadas a huir de Siria para salvar su vida. Se subieron a una barca en la costa de Turquía junto a otras 18 personas. El motor falló y la barca iba a la deriva. Las dos hermanas decidieron tirarse al agua y empujar la embarcación hacia la costa, y lo consiguieron.

Semanas después llegaron a Alemania y, tras unos días, Yusra fue seleccionada para participar en el equipo olímpico de refugiados de 2016. Sarah tuvo que renunciar a la competición debido a una antigua lesión en el hombre que empeoró cuando empujaron la embarcación para salvar a las personas que iban en ella.

Malala: la mujer luchadora por los derechos de los niños

En algunos países, los padres se ven obligados por una necesidad a enviar a sus hijos a trabajar. En el caso de las niñas, la situación empeora, puesto que suelen realizar tareas en casa y no se les da acceso a la educación.

La conocida Malala Yousafzai, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2014, es una joven activista pakistaní que lucha por los derechos de la mujer y para que todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades para acceder a la educación.

La educación es la clave para que las mujeres tengan una oportunidad y un futuro mejor. ¿Quieres ayudar a que las mujeres refugiadas accedan a la educación? Haz un donativo o hazte socio de ACNUR.

 

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