Emergencia Sahel: más desplazamientos por múltiples causas

La crisis de los desplazamientos forzados entre los habitantes de la región del Sahel parece no detenerse nunca y cada vez son más personas las que deben huir y cada vez por más causas: el hambre y la pobreza, la violencia extrema y los estragos del cambio climático.

En enero del año pasado, solo en Burkina Faso, los desplazamientos se habían multiplicado por 16 a raíz de la acción de grupos armados que atacaban a la población civil, ocasionando la huida de más de tres millones de personas. Y el pasado 5 de junio, en la aldea de Binedamana en Malí, 26 personas fueron asesinadas por estos grupos armados que no se contentan con atacar el Sahel sino que también operan en las comunidades de acogida. Incluso el área de acogida de refugiados de Intikane, en el oeste de Níger, también recibió el impacto de la violencia armada el 31 de mayo de este año: dos refugiados y un líder de la comunidad local fueron asesinados.

“La emergencia en el Sahel es una crisis humanitaria y de protección de grandes proporciones, donde la horrible violencia contra las poblaciones vulnerables se está volviendo endémica. Debemos actuar rápidamente con una respuesta integral e inclusiva, con los derechos y el bienestar de millones de personas desplazadas en el centro de lo que hacemos", dijo Filippo Grandi, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Necesidades ante la emergencia de Sahel

Entre las necesidades más críticas que presenta la emergencia en Sahel, el refugio y los artículos de socorro para cerca de 500.000 personas vulnerables figuran entre las principales. Además, hay 42.200 hogares que requieren urgentemente subsidios en efectivo para materiales de refugio y 53.100 familias para artículos de ayuda básica. Y el 65% de las mujeres en edad reproductiva necesitan recibir material sanitario.

Con respecto a las necesidades referidas a la educación, hay 638 docentes que necesitan formación adicional, incluida la educación a distancia. Y también se identificó la necesidad urgente de construir o mejorar más de 150 instalaciones educativas.

Y a todo esto, se le suma la reciente pandemia causada por el COVID-19, que empeora la emergencia en el Sahel, sobre todo en Burkina Faso, el país que es el epicentro de la crisis debido a la mencionada multiplicación de personas desplazadas que permanecen allí. Y desde ahí, la crisis ha pasado a afectar a países como Chad y Mauritania.

La llegada del COVID-19, poco a poco, empieza a afectar centros donde viven refugiados y desplazados internos. Cada día aumentan los casos positivos por coronavirus y los servicios de salud de estos países se ven cada vez más colapsados ante la imposibilidad de atender de manera adecuada a la población afectada.

La respuesta de ACNUR en Sahel

La protección de ACNUR en la zona se enfrenta a las necesidades urgentes de todas aquellas personas que se encuentran en situación de refugiados, desplazados internos, repatriados, gente en riesgo de apatridia y comunidades de acogida.

En lo que respecta al refugio y artículos de socorro, ACNUR ha proporcionado estructuras de emergencia, materiales de construcción, IRC y subsidios en efectivo. Desde principios de este año, ACNUR dio asistencia de refugio a más de 25.000 familias.

Además, ACNUR está trabajando en medidas en conjunto con los gobiernos locales para asegurar la educación de emergencia para niños desplazados y jóvenes a través del acceso a la educación a distancia segura. Esto incluye, además, formación docente y programas de sensibilización sobre COVID-19 y medidas básicas de prevención. Con respecto al impacto de la pandemia en Sahel, se han puesto en marcha obras de mejoras de las instalaciones de agua y saneamiento en escuelas, además de reforzar sistemas de salud para tratar adecuadamente a los pacientes infectados y con el respectivo aislamiento.