El jabón es un elemento básico de higiene diaria. Para nosotros, basta con acudir al supermercado para comprar una pastilla o una botella, pero algunas personas, como los refugiados, no lo tienen tan fácil.
Hoy nos gustaría enseñarte cómo hacer jabón casero, así verás que con pocos materiales se puede conseguir mucho y comprenderás que en ocasiones desesperadas como estas se puede apostar por una buena higiene diaria.
¿Por qué hacer jabón casero?
Esta actividad no solo te ayudará a acercarte un poco más a estas personas, sino que tiene otras ventajas de las que queremos hablarte:
- Trabaja tu creatividad: Esta clase de actividades te ayuda a desconectar de tu rutina diaria y a ejercitar habilidades muy importantes en tu desarrollo. Dedicar un rato a aficiones como esta te dará muy buenos resultados.
- Te permite disfrutar en familia: ¿Y si tú y los tuyos pasaseis una estupenda tarde haciendo jabón casero? Los más pequeños estimularán su imaginación y reforzaréis vuestros vínculos.
- Te ayuda a respetar el medioambiente, porque utilizas materiales reciclables y sostenibles. Así evitarás los residuos que se generan fabricando o comprando estos productos.
- Puedes crear un producto personalizado, basado en los aromas que te gustan o en los materiales que le van bien a tu piel.
¿Cómo se hace el jabón casero?
Te explicamos paso a paso cómo improvisar este material. Esto es lo que necesitas:
- 1 litro de aceite vegetal usado
- 800 gramos de agua destilada
- 150 gramos de sosa cáustica
Como ves, los materiales que se usan son asequibles y además te ayudan a reciclar. Sigue estos pasos para obtener tu jabón casero:
- Diluye la sosa cáustica en el agua. Es importante que respetes este proceso tal y como lo hemos descrito, es decir, que no viertas agua destilada en el recipiente de la sosa. Debes ir incorporándola poco a poco, ya que la reacción química que se produce podría llegar a dañar gravemente tu piel. Para ello, te recomendamos que uses guantes y gafas especiales para protegerte y que no dejes estas sustancias al alcance los niños. En este proceso se pueden liberar temperaturas de hasta 80 °C. Déjalo enfriar. El material que obtendrás se llama lejía cáustica.
- El siguiente paso es mezclar el aceite con la lejía cáustica, pero debes hacerlo cuando ambos estén más o menos a la misma temperatura. Por ello, te recomendamos que calientes el aceite hasta los 40 °C aproximadamente.
- Ahora puedes añadir algún aroma para que se adapte a lo que estáis buscando e introducir la mezcla en un molde de silicona. Puedes usar especias o plantas como el té o la manzanilla para que te salga todavía más barato y sea lo más natural posible. Tápalo con plástico de envolver y déjalo enfriar completamente. Después, deberás dejarlo reposar unas semanas hasta que esté completamente endurecido.
¿Qué te parece esta forma de hacer tu propio jabón casero? Es un proceso que muchas personas realizan por diversión, pero que otras tienen que hacer por necesidad. En cualquier caso, es una buena forma de obtener materiales de higiene básicos reciclando elementos. ¿Te animas a probarlo?