La rápida expansión del coronavirus está poniendo a prueba los sistemas de salud de todo el mundo y ya ha dejado a millones de personas confinadas en sus...
La rápida expansión del coronavirus está poniendo a prueba los sistemas de salud de todo el mundo y ya ha dejado a millones de personas confinadas en sus hogares con el fin de detener la propagación.
Esta situación de confinamiento e incertidumbre puede generar dudas respecto al virus, como su forma de propagación, los síntomas que produce o cuántos países están afectados. Desde aquí damos respuesta a las preguntas más habituales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una familia de virus que puede afectar tanto a animales como a seres humanos y, en estos últimos, causan infecciones respiratorias que pueden ir de leves, como el resfriado, a más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) o el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
El COVID-19 es una nueva enfermedad infecciosa causada por el coronavirus. Era desconocida hasta su descubrimiento tras el estallido del brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.
La OMS ha informado de que la enfermedad se propaga a través de las gotículas de la nariz o la boca que una persona infectada desprende al toser, exhalar o estornudar. Por lo tanto, una persona puede contagiarse del COVID-19 de diferentes maneras:
La OMS establece tres síntomas principales:
Otros síntomas asociados al COVID-19 son congestión nasal, dificultad para respirar, dolor de garganta o diarrea. En general, estos síntomas son leves y aparecen gradualmente.
Sí. Se puede dar el caso de que una persona se infecte y no desarrolle ningún síntoma ni se encuentre mal. Esta persona puede transmitir el virus, aunque la OMS estima que el riesgo de contagio de un enfermo asintomático es muy bajo.
Los grupos más vulnerables frente al virus son las personas de más de 60 años y aquellas diagnosticadas con alguna enfermedad previa, como hipertensión arterial, enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, cáncer, personas con inmunodeficiencia y mujeres embarazadas.
Para prevenir la propagación del virus, la OMS recomienda:
Pero ¿qué pasa con las personas que solo tienen entre 10 y 20 litros de agua por persona y día? ¿Y con las que no tienen un hogar en el que confinarse para evitar el contacto con otras personas?
Más del 80% de las personas refugiadas viven en países con sistemas sanitarios débiles, en asentamientos con una densidad de población muy alta que hace prácticamente imposible cumplir con las medidas de distanciamiento dictadas por la OMS y las medidas de higiene y prevención adecuadas. En ocasiones, los refugiados ni siquiera tienen acceso a agua potable. La solidaridad y la cooperación son claves para prevenir el coronavirus entre la población refugiada.
En total, 192 países en los cinco continentes ya han registrado casos el COVID-19.
Los refugiados y desplazados que se han visto obligados a huir de sus hogares a causa del conflicto son una población muy vulnerable ante el COVID-19, al vivir en asentamientos súper poblados, sin acceso a una atención médica adecuada y con medidas de higiene insuficientes. Esto puede provocar una rápida expansión del virus. Por ello, ACNUR trabaja junto con otras organizaciones y las autoridades nacionales de cada país para poder dar una respuesta adecuada frente al COVID-19. En algunos lugares, como el Valle de la Bekaa (Líbano), ya se están llevando a cabo proyectos de mejora del sistema sanitario: