Los prejuicios son las conclusiones que sacamos sobre las cosas y las personas antes de tener el conocimiento suficiente. En ocasiones pueden ser acertadas, pero en general están basadas...
Los prejuicios son las conclusiones que sacamos sobre las cosas y las personas antes de tener el conocimiento suficiente. En ocasiones pueden ser acertadas, pero en general están basadas en ideas erróneas y falsamente preconcebidas. Los prejuicios sociales que estigmatizaban injustamente a ciertos grupos de personas han sido una constante en la historia de la humanidad.
Las minorías religiosas, como los judíos, las personas percibidas como de otras razas distintas a las mayoritarias o con tendencias sexuales no aceptadas, han sido víctimas habituales de los prejuicios sociales. Hoy en día, estamos viviendo un nuevo capítulo de la historia de los prejuicios sociales. En este caso, los inmigrantes y los refugiados han sido las principales víctimas.
Estos son algunos de los prejuicios sociales más habituales sobre los refugiados y por qué son falsos:
Se han propagado rumores infundados sobre un aumento en las enfermedades contagiosas en Europa a causa de la llegada de inmigrantes. La Organización Mundial de la Salud salió al paso de estas afirmaciones en 2015.
De manera tajante, el organismo de la ONU afirmó: “Pese a la percepción común, no hay ninguna asociación sistemática entre migración y la importación de enfermedades infecciosas. El riesgo de importación de agentes infecciosos raros y exóticos como los virus del Ébola, Marburg y Lassa o el MERS a Europa por refugiados o inmigrantes es extremadamente bajo”.
Quizás el argumento xenófobo más habitual contra los refugiados es el de que aumentan la criminalidad. La Policía de países como Alemania ha insistido en más de una ocasión en que no hay relación entre aumento en la población refugiada y el aumento en el crimen. En Estados Unidos, por su parte, han sido publicados varios estudios desvinculando crimen e inmigración.
A raíz de los últimos atentados terroristas en Europa, algunas voces han señalado a los refugiados de religión musulmana como potenciales terroristas, sin embargo, muchos de los refugiados de Oriente Medio, mayoritariamente musulmanes, huyen de sus hogares precisamente por este fenómeno. Según el Centro Nacional Antiterrorista de EEUU, entre el 82 y el 97% de las víctimas del terrorismo en el mundo son musulmanes.
Es por este motivo que la práctica totalidad de los refugiados musulmanes son abiertamente contrarios al terrorismo. Esto no impide que sigan siendo víctimas de este prejuicio de una manera completamente injusta.
Otro argumento muy extendido contra la inmigración y la acogida de refugiados es el de que acaparan los subsidios poniendo en riesgo la viabilidad del Estado de bienestar. Lo cierto es que no hay datos que respalden esta afirmación. Más bien al contrario, hay varios estudios que señalan a los no nacionales como menos beneficiados de los subsidios estatales.
Más allá de esto, el papel que pueden jugar los inmigrantes y refugiados en el mantenimiento del Estado de bienestar en Europa es fundamental. Con una población claramente envejecida, la llegada de un refuerzo demográfico joven garantizaría la viabilidad del sistema durante varias generaciones.
Otra de las teorías contra los refugiados es la de que forman parte de un plan para hacer de Europa un continente de mayoría musulmana cuando buena parte de los refugiados que llegan a Europa ni siquiera son de esta religión.
En 2015, el prestigioso medio económico Bloomberg desmintió en un largo artículo el mito de las ciudades solo para musulmanes que se rumoreaba que se estaban generando en Europa.
Y si quieres saber cuánto sabes sobre las personas refugiadas, descúbrelo aquí.
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