Refugiados famosos: Sergey Brin, cofundador de Google

Cuando Sergey Brin se unió a la protesta en el aeropuerto de San Francisco contra la orden de inmigración dictada por el entonces presidente Donald Trump, es posible que muchas personas no conocieran parte del pasado del cofundador de Google. Quizás por eso, cuando se enfrentó a los micrófonos, dijo una frase que quedó para la historia: “Estoy aquí porque soy un refugiado”.

Y era totalmente cierto. Sergey Mikhaylovich Brin nació el 21 de agosto de 1973 en Moscú, la capital de Rusia. Cuando Brin tenía solo 6 años, emigró junto a su familia a Estados Unidos para escapar de la persecución judía de 1979. Durante la década del 70, Rusia sufrió una diáspora muy importante de la comunidad judía: aproximadamente 100.000 judíos lograron emigrar en esos años y, justamente, el récord fue en 1979, el mismo año de la salida del país de la familia de Brin, con más de 51.000 judíos rusos.

Alentado por su padre, economista y matemático, Sergey Brin empezó su carrera universitaria formándose como científico informático. Enseguida despertó en él un espíritu emprendedor que pudo empezar a desarrollar en la Universidad de Stanford cuando conoció a Larry Page, con quien creó un motor de búsqueda para clasificar las páginas web según su popularidad. A medida que fueron desarrollando su proyecto, consiguieron captar la atención no solo de la comunidad académica, sino también de los inversores de Silicon Valley.

En agosto de 1998 nacía oficialmente Google Inc, cuando el cofundador de Sun, Andy Bechtolsheim, les pagó a Larry Page y Sergey Brin un cheque por 100.000 dólares, en calidad de inversión para el desarrollo de un proyecto a gran escala que hoy cuenta con más de 60.000 empleados en más de 50 países. En 2005, ambos socios fueron declarados por el Financial Times como los hombres del año por "hacer del mundo un lugar mejor" con el desarrollo de su proyecto de Google y su repercusión en millones de usuarios de todo el planeta.

En el marco de la campaña #ConLosRefugiados, Naciones Unidas considera a Sergey Brin como un refugiado cuyas “contribuciones no sólo han cambiado nuestras comunidades, sino que cambiaron el curso de la historia de la humanidad”. Y no es un dato menor, teniendo en cuenta que Brin es uno de los tantos refugiados (al igual que Albert Einstein, por ejemplo) que demuestran que las personas migrantes enriquecen, mejoran y fortalecen el tejido social de aquellas comunidades que los acogen.