Riqueza y pobreza en África: la situación en Nigeria

La hambruna y la pobreza extrema persisten actualmente en la población de la mayoría de los países de África. Y, en algunos casos, se dan en regiones con una gran riqueza de recursos naturales, como es el caso de Nigeria, lo que representa una auténtica paradoja.

La riqueza natural de este país africano está diversificada en diferentes sectores. A las grandes reservas de estaño, oro, petróleo y carbón hay que sumarle el bosque de manglares más grande de África y el tercero del planeta, con una extensión de 1.000 km².

Podría pensarse que toda esta cantidad y variedad de recursos naturales repercutirían en mejores condiciones sociales para la población. Sin embargo, a finales de 2018, Nigeria superaba a India en la cantidad de personas sumidas en la pobreza extrema, alcanzando la cifra de 96 millones de habitantes.

Pobreza social entre la riqueza natural

Nigeria figura como la economía más fuerte de la región de África occidental y, además, es la tercera de todo el continente africano. Pero esto no impide que sea uno de los países con mayor desigualdad en todo el mundo, ocupando el puesto 157 en la lista de los 189 países que integran el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Este país africano cuenta con casi 200 millones de habitantes, de los cuales 57 millones no tienen acceso a agua potable, mientras que más de 130 millones de personas (lo que representa a dos tercios de la población) no cuenta con un saneamiento adecuado. Además, hay 10 millones de niños y niñas sin acceso a la escolarización.

La inflación de enero de este año en Nigeria superó el 12%, registrando la cifra más alta desde mayo de 2018, lo que generó automáticamente la baja en el poder adquisitivo en la mayor parte de la población y aumentó los niveles de pobreza.  

La violencia de Boko Haram

Nigeria es un país azotado por la violencia del grupo fundamentalista islámico Boko Haram, que desde 2009 aterroriza a la población y ha secuestrado a cientos de niños y niñas. Su acción ha agravado las condiciones de hambre y desnutrición que ya vivía el país, lo que significa que cerca de 3,5 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria y dependen exclusivamente de la ayuda humanitaria y de la asistencia de diferentes instituciones, entre las que se encuentra ACNUR.

Un reciente rebrote de la violencia obliga a que 23.000 personas tengan que huir de Nigeria para salvar sus vidas, agravando la crisis humanitaria en el país. Pese al cierre de las fronteras por la pandemia causada por el COVID-19, Níger les permitió la entrada y ACNUR continúa trabajando en la zona para asistir a los refugiados y desplazados en sus necesidades de atención médica, comida y refugio.