El sarampión es una enfermedad respiratoria que generalmente afecta a los niños, aunque puede afectar también a personas de cualquier edad que no estén inmunizadas. En...
El sarampión es una enfermedad respiratoria que generalmente afecta a los niños, aunque puede afectar también a personas de cualquier edad que no estén inmunizadas. En este artículo, “Sarampión: contagio y síntomas”, te contamos qué es el sarampión, cómo se produce el contagio y cuáles son sus síntomas.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sarampión es una de las principales causas de muerte entre los niños pequeños, a pesar de que existe una vacuna segura y eficaz para prevenirlo. De hecho, la vacunación contra el sarampión redujo la mortalidad mundial debida a este virus en un 84% entre 2010 y 2016.
Sin embargo, en los campos de refugiados, la situación se agrava, puesto que conviven muchas personas que no han sido vacunadas y, por tanto, el riesgo de contagio aumenta.
Como decíamos, es una enfermedad respiratoria provocada por un virus. Produce una erupción en la piel de todo el cuerpo con puntitos blancos rodeados de una inflamación roja y tiene síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre, tos seca, dolor en el abdomen, diarrea, conjuntivitis. En algunos adultos también pueden aparecer cuadros de gastroenteritis.
La erupción en la piel característica del sarampión suele manifestarse entre 3 y 5 días después de los primeros síntomas. Las manchas aparecen primero en la frente y se extienden hacia el cuello, el tórax y el resto del cuerpo. Después de varios días, tanto la fiebre como la erupción desaparecen de forma gradual.
El sarampión es muy contagioso. Se propaga cuando las personas inhalan o tienen contacto con fluidos infectados por el virus, por ejemplo, la saliva de una persona que tiene sarampión cuando estornuda o tose. Una persona que tiene sarampión puede tardar hasta 8 días en sentir los síntomas.
Los bebés suelen estar protegidos frente al sarampión durante los 6 primeros meses de vida debido a la inmunidad que les transmiten sus madres a través de la leche materna, pero, por lo general, la única forma de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación.
Además de analizarse los síntomas que hemos descrito por parte del profesional médico que corresponda, para saber si estamos ante un caso de sarampión, lo más sencillo es realizar un análisis de sangre.
De acuerdo con los datos de ACNUR, más de 160.000 niños fueron vacunados contra el sarampión en 2017, lo que supone un 15% más que en 2016, y más de la mitad de operaciones de ACNUR reportaron tasas de vacunación contra el sarampión superiores al 90%.
ACNUR trabaja cada año para que las vacunas lleguen a los niños refugiados. Si quieres ayudarnos, puedes elegir el tipo de aportación (mensual o puntual) y la cantidad con la que colaborar. Con 17 euros, se puede vacunar a 2 niños refugiados cada mes y, con 21 euros, se pueden ofrecer vacunas y medicinas contra la malaria para 2 niños cada mes.
Algo tan simple como una vacuna puede ayudar a muchos niños refugiados a prevenir enfermedades y complicaciones de salud.
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