2016 llega a su fin con un récord nada meritorio: el de ser el año con más muertos en el Mediterráneo. 5.000 personas han perdido su vida ahogados en el intento de alcanzar Europa. El 22 de diciembre se registraban 100 nuevos fallecidos en el Mediterráneo, convirtiendo 2016 en el año más mortífero de la historia. A este dato, se suma el récord histórico en cifra de refugiados y desplazados desde la segunda Guerra Mundial: 65,3 millones.
Desde octubre de 2015 el número de llegadas de refugiados hasta Europa desciende cada mes. En cambio, mientras el año anterior se registraba un número mucho mayor de refugiados en Europa, 2016 obtiene el récord en número de muertes. Analizamos las causas:
Estas nuevas tendencias han otorgado a 2016 el récord en cifra de muertos en el Mediterráneo. El 53% proceden de los 10 países que más refugiados generan en el mundo, países donde guerras y conflictos armados hacen que permanecer allí sea una sentencia de muerte.
Tras el boom mediático de 2015, el goteo de muertes en el Mediterráneo continua.
En 2015 se registraron 3.771 víctimas en el Mediterráneo de entorno a un millón de personas que intentaron cruzar hasta Europa. 2016 cierra con 5.000 muertes, récord histórico jamás registrado, con una media de 14 personas cada día.
El pasado 22 de diciembre dos embarcaciones neumáticas se hundieron cerca de las costas italianas. La primera con alrededor de 130 pasajeros entre quienes se encontraba un gran número de mujeres y niños de los que sólo 63 han sobrevivido. De la segunda, 80 de las 120 personas a bordo pudieron ser rescatadas.
100 nuevas víctimas elevaban a 5.000 el número de muertos en el camino hacia Europa.
Ante esta situación se pone en manifiesto la necesidad de que los Estados incrementen las vías legales de admisión de refugiados para que estas personas no tengan que arriesgar su vida para escapar de guerras y conflictos armados.
El reasentamiento, el patrocinio privado, la reunificación familiar y los programas de becas para estudiantes son algunas formas de acabar con el continuo aumento de muertos en la travesía del Mediterráneo.
Aunque las llegadas de población refugiada por el mar Mediterráneo han bajado desde la crisis de refugiados de 2015, las rutas y las condiciones en las que se embarcan miles de personas son cada vez más arriesgadas peligrosas, incrementando la mortalidad del camino. Al otro lado del mar, Libia se ha convertido en una trampa mortal desde donde ACNUR ha evacuado a cientos de mujeres y niños que han sufrido situaciones de torturas, abusos, tráfico sexual y esclavitud.
En la huida, se enfrentan a circunstancias inhumanas, como las que han tenido que afrontar las personas rescatadas por el Aquarius sin poder desembarcar durante días. Naufragios, islas abarrotadas y cientos de niños que llegan solos hasta la costa son la muestra más evidente de que esta crisis olvidada no cesa.
Foto de Jason Florio/MOAS.eu