Mutilación genital: una aberración que persiste en el siglo XXI Mutilación genital: una aberración que persiste en el siglo XXI

Mutilación genital: una aberración que persiste en el siglo XXI

Aisha (nombre ficticio) era consciente de que el momento estaba cada vez más próximo. Su hija pequeña, ya no era un bebé y pronto se vería...

6 de marzo, 2019

Tiempo de lectura: 3 minutos

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Aisha (nombre ficticio) era consciente de que el momento estaba cada vez más próximo. Su hija pequeña, ya no era un bebé y pronto se vería obligada a correr la misma suerte que ella misma y su hija mayor cuando tenían siete y cuatro años, respectivamente. La mutilación genital no era una opción en su comunidad y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Nada, salvo huir.

Eso fue precisamente lo que Aisha decidió hacer. Cogió a su hija y emprendió un largo viaje hacia Europa. Antes de alcanzar las costas de Sicilia, Aisha tuvo que atravesar una pesadilla de nueve meses, atrapada en Libia, padeciendo reiterados abusos y siendo testigo de los asesinatos de personas que estaban detenidas con ella.

Finalmente, Aisha logró escapar y ahora sobrevive en Catania con su pequeña. El viaje ha sido traumático y doloroso, pero ha dado una oportunidad a su hija con la que muchas mujeres no cuentan aún en pleno siglo XXI.

Una práctica brutal

La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos que incluyen la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos, u otra agresión a los órganos genitales femeninos, practicada por razones tradicionales, culturales o religiosas. En otras palabras, cuando el motivo de la intervención no se basa en razones médicas.

Afecta a más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el planeta, según la Organización Mundial de la Salud. Cada año, más de tres millones de niñas menores de 15 años son mutiladas de manera irreversible. Aquellas mujeres, como el caso de Aisha con su hija, que han logrado evadir esta práctica tan brutal, sufren el rechazo de su entorno.   

Aunque la mutilación genital femenina no se produce exclusivamente en África, es en este continente donde tiene una mayor pervivencia. De los 29 países de origen de refugiadas en Europa por riesgo de mutilación femenina, 28 forman parte del continente africano. Por ejemplo, las mujeres nigerianas sufren esta práctica.

Afortunadamente, la tendencia es hacia una erradicación de esta práctica, gracias a la legislación de algunos países como la República Democrática del Congo, en donde se ha prohibido expresamente la mutilación genital femenina.

Asilo en la Unión Europea

La Unión Europea se ha convertido en el destino de muchas mujeres que, como Aisha, tratan de escapar para evitar que sus hijas sufran lo mismo por lo que pasaron ellas. Cada año, 20.000 mujeres en riesgo de mutilación genital femenina solicitan asilo en la Unión Europea.

ACNUR considera la mutilación genital femenina como una forma de violencia por motivos de género que inflige un daño severo, tanto mental, como físico, y constituye persecución. Todas las formas de mutilación genital violan una serie de derechos humanos de niñas y mujeres, incluyendo el derecho a la no discriminación, a la protección frente a la violencia física y mental, a los más altos estándares de salud, y, en los casos más extremos, al derecho a la vida.

Por todos estos motivos, las mujeres que huyen de la mutilación genital tienen derecho de asilo en todo el mundo. La mayoría de las mujeres que han buscado refugio en la Unión Europea se encuentran en Italia, pero países como España, Francia, Grecia y los países escandinavos, entre otros, también acogen a un buen número de mujeres y niñas que han logrado escapar de esta aberración que persisten en el siglo XXI.

 

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