El tifón Haiyan, uno de los más fuertes jamás registrados, arrasó el pasado 8 de noviembre la costa de Filipinas, dejando a más medio millón de personas sin hogar y a unas 9,5 millones en necesidad de ayuda humanitaria urgente.
Tras arrasar la costa de la provincia de Leyte, Haiyan cruzó las islas Filipinas y el mar de China, tocando tierra en Vietnam el 11 de noviembre. Más de 600.000 vietnamitas han sido evacuados de sus hogares. Haiyan llega tan solo dos semanas después de que Vietnam recibiera el azote de dos tifones categoría uno – Wutip y Nari – de cuyos destrozos el país está aún recuperándose.
ACNUR y otras agencias de Naciones Unidas están trabajando contra-reloj con el gobierno filipino para llegar a las áreas afectadas por el súper tifón, al tiempo que el número de fallecidos continúa creciendo.
“Los equipos de respuesta en emergencias de Naciones Unidas llegaron a la ciudad de Taclobán tan solo 12 horas después del desastre. Equipos de personal especializado de países miembros y agencias humanitarias están siendo movilizados en estos momentos a Filipinas” dijo Luiza Carvalho, Coordinadora Humanitaria para Filipinas. “Se está haciendo acopio de recursos, alimentos y materiales de primera necesidad para ayudar a los afectados”.
Sin embargo las necesidades de más de 9,5 millones de personas víctimas del tifón Haiyan son inmensas.
ACNUR trabaja en Filipinas desde hace años y ya se ha puesto en marcha para distribuir refugios de emergencia, materiales de primera necesidad (utensilios para cocinar, bidones para transportar agua, materiales de higiene etc.) y lonas plásticas para impermeabilizar para al menos 16.000 familias (unas 80.000 personas).
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