Un joven reportero de 18 años, decidido a llevar la radio a los rohingya y las preocupaciones de los rohingya, a la radio.
En Kutupalong, el campo de refugiados más grande del mundo, no hay un solo receptor de radio. Para los cientos de miles de personas que viven allí, obtener información sobre los servicios del propio campo es fundamental.
Por eso, Abdullah se ha convertido con solo 18 años en el “hombre orquesta” de un programa de radio en la denominada Radio NAF, que desde hace unos meses lleva la radio a todos los rincones del campo de refugiados.
Cada día, este refugiado reportero viaja a su comunidad para reproducir el programa de radio en los “clubs de oyentes” y recoger mediante entrevistas las preocupaciones que afectan a los refugiados rohingya. De vuelta en el estudio de Radio NAF, en el pueblo de TefNaf, el joven edita las nuevas grabaciones para convertirlo en un programa semanal.
“Mi responsabilidad es dar consejo a la gente que no tiene la información que necesitan para vivir en el campo”, asegura.
“Tienen problemas de refugio, de salud, de agua y sanitarios… Y necesitan apoyo. Por eso decidimos hacer programas con los rohingyas, por los rohingyas y para los rohingyas”, cuenta Rashidul Hasan, el coordinador de programas de Radio NAF.
Tanto para los trabajadores como para los miles de asiduos semanales, la estación de radio se ha convertido en un punto central dentro del campamento. Con esta iniciativa, el joven Abdullah siente que tiene una oportunidad de servir a la comunidad mientras aprende sobre un trabajo que le podrá servir en el futuro.
“En la estación de radio he aprendido muchas cosas y estoy compartiendo mucha información importante con mi comunidad. Mis padres están orgullosos del trabajo que estoy haciendo”, cuenta Abdullah, orgulloso de ser el hombre orquesta que ha conseguido una fórmula para mantener informada a una comunidad de decenas de miles de personas.