Afganistán es, desde hace muchos años, uno de los países más peligrosos del mundo según el Índice Global de la Paz. Desde finales de los 70, distintas guerras han asolado al país y obligado a huir a millones de personas. En Paquistán, dos generaciones de refugiados afganos conviven sin patria ni documentación. Muchos de ellos, ni siquiera han pisado su país de origen tras 40 años de conflictos en Afganistán. El país vive una de las situaciones prolongadas de refugiados más largas del mundo.
Tras la Revolución comunista de Saur, en Kabul, tal y como Khaled Hosseini, autor de Cometas en el cielo y refugiado afgano ha retratado en sus libros, la inseguridad y la violencia se apoderaron del país en la primera guerra de los últimos años.
Con la caída del anterior gobierno, el Estado Islámico se establece en Afganistán, que será atacado por las milicias afganas desde sus países vecinos durante casi 10 años. En 1996 los talibanes llegan al poder.
Tras la ofensiva liderada por las fuerzas de Estados Unidos y británicas, la guerra en Afganistán se alarga durante 13 años, convirtiéndose en la más larga de América hasta la fecha. La llegada de los Estados Unidos supondría la caída del régimen talibán.
La sequía y la subida de los precios de los alimentos hacen escasear la ayuda humanitaria en Afganistán.
Mohammad Ashraf Ghani es elegido el presidente en la primera transición democrática de poder en la historia de Afganistán.
Cada año, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán reporta un nuevo récord de muertos entre la población civil. En julio, 2017 alcanzó con 1.662 muertes de civiles en sólo 6 meses, la cifra más alta de los últimos años.
"Hay niños que han muerto o han quedado ciegos o incapacitados, o han provocado, sin querer, la muerte de sus amigos, mientras juegan con artefactos explosivos abandonados por las partes en el conflicto”
Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
La emergencia en Afganistán ha obligado a más de 2 millones de refugiados afganos a huir hacia territorios vecinos. En Pakistán e Irán, se estima que tres millones de refugiados afganos viven indocumentados.
En 2016, la violencia empujó al desplazamiento de 650.000 personas dentro del país, un 72% más que el año anterior.
ACNUR trabaja junto al gobierno afgano para proteger a quienes han decidido volver a su país y asistir a quienes continúan desterrados sin un documento de identidad que les garantice sus oportunidades en los países de acogida.
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