En el último mes, 29 niños (el menor apenas un bebé y el mayor de 9 años de edad), han fallecido, la mayoría en centros de alimentación terapéutica a los que habían llegado muy enfermos. La deshidratación, la hipotermia y la anemia han sido las principales causas de muerte.
Más de 85.000 refugiados centroafricanos han llegado a Camerún desde el pasado diciembre y se encuentran en 300 localidades, haciendo más difícil el trabajo de las agencias humanitarias. En Gbiti, la zona más afectada, la tasa de malnutrición severa entre los niños refugiados que acaban de llegar es de cerca del 40% (muy por encima del estándar en emergencias).
Con el objetivo de reducir las tasas malnutrición y muerte, ACNUR trabaja con otras organizaciones, facilitando alimentos terapéuticos y enriquecidos a los refugiados que padecen malnutrición, y también distribuyendo alimentos, vacunando a los niños y suministrando agua potable, saneamiento y refugio.
ACNUR ya ha reubicado a más de 25.000 refugiados, llevándolos lejos de la frontera, a seis campos que ha abierto. Pero a pesar de ello, los refugiados siguen cruzando y cuentan a ACNUR que muchos familiares están atrapados en los bosques de la República Centroafricana.
A pesar de ello, se necesitan más fondos para ampliar los servicios y ACNUR reitera su llamamiento para que se incrementen las donaciones para operaciones humanitarias en la zona.