El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático con el objetivo de concienciar ante un problema que nos afecta a todas las personas y en cualquier parte del mundo. Los desastres naturales que son consecuencias del cambio climático tienen un efecto inmediato: el desplazamiento humano.
Y es que el conflicto no es la única causa de los desplazamientos. Además de por los graves abusos contra los derechos humanos, las personas están en movimiento debido a la pobreza extrema, al colapso de los medios de subsistencia tradicionales en un contexto de globalización y rápida urbanización, los efectos del cambio climático, los desastres naturales y la degradación ambiental.
Muchos de los desplazamientos que se producen actualmente en el mundo se podrían explicar por la emergencia climática, por causas que tienen que ver con el clima. El aumento generalizado de las temperaturas o la subida del nivel del mar debido al deshielo de los polos son solo algunas de las consecuencias derivadas del cambio climático. También los son las sequías, las inundaciones o la desertificación que arruinan cosechas, agravan las consecuencias de la guerra y obligan a miles de personas en todo el mundo a abandonar sus hogares. Somalia, Yemen y Sudán del Sur son ejemplos dramáticos de esta situación.
La crisis climática tendrá un impacto a largo plazo en la vida de la gente, las ciudades y las comunidades y hoy en día ya es una de las principales causas de desplazamiento forzoso. En el caso de la pérdida de un territorio completo de un Estado, o si un territorio se vuelve completamente inhabitable como consecuencia de los efectos adversos del cambio climático, también puede surgir el riesgo de apatridia.
ACNUR también trabaja para dar protección a los desplazados climáticos, es decir, a aquellas personas que forzosamente tienen que desplazarse debido al clima o a desastres.
La denominación refugiado climático no está contemplada en el derecho internacional, por lo que tampoco existen datos exactos sobre el número de personas que abandonan sus hogares como consecuencia del cambio climático.
Según la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, una persona refugiada se define como “una persona que ha cruzado una frontera internacional debido al temor fundado de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política”. En la Convención de la OUA (Organización de la Unidad Africana) y en la Declaración de Cartagena se amplía la definición para incluir a las personas que huyen a causa de los acontecimientos que perturban gravemente el orden público, como son los conflictos armados o los disturbios.
El término refugiado climático no está respaldado por ACNUR. Es más preciso referirse a “personas desplazadas en el contexto de desastres y cambio climático”, ya que el cambio climático genera desplazamientos internos y afecta a las personas dentro de sus propios países.
Cada año, más de 20 millones de personas se ven obligadas a huir de sus hogares a causa de fenómenos meteorológicos extremos. La mayoría de los desplazamientos relacionados con estos desastres naturales y los impactos del cambio climático son internos.
Foto: © ACNUR/Charity Nzomo.
El cambio climático nos afecta a todos pero no por igual. La realidad es que son los países en desarrollo los que tienen que sufrir en mayor medida las consecuencias de los desastres naturales. Poblaciones que, a pesar de ser los que menos han contribuido a crearlo, ahora tienen que sufrir sus efectos teniendo muchos menos recursos para hacerles frente.
Esta vulnerabilidad les hace ser víctimas directas del cambio climático que ya es una de las principales causas de desplazamientos forzados del mundo, siento el 84 % de las personas refugiadas del mundo.
Una de las zonas más afectadas por el cambio climático es el Cuerno de África que sufre la peor sequía de los últimos años. Esta parte del planeta está compuesta por Etiopía, Somalia, Yibuti y Eritrea, pero en muchas ocasiones se incluye Kenia, Uganda, Sudán y Sudán del Sur. En estos países que tienen grandes territorios desérticos viven más de 200 millones de personas que sufren condiciones de extrema pobreza. Llevan años en los que la temporada de lluvias es prácticamente inexistente por lo que sufren sequías prolongas que han provocado que, por ejemplo, en Somalia y Etiopía 1,75 millones de personas se hayan desplazado internamente.
Además de la sequía, países como Sudán del Sur sufre inundaciones que afectan, cada año, a un millón de personas y que hace unos meses sumergieron la localidad de Bentui dejando bajo el agua casas, asentamientos de personas desplazadas, caminos y cultivos. Y mientras tanto, en otras partes del país la sequía mata al ganado y arrasa con las plantaciones.
Foto: © ACNUR/Tiksa Negeri
Todo esto unido a los conflictos armados que sufren muchos de estos lugares en el mundo hacen que todavía sea extremadamente complicada su situación. El impacto del cambio climático también puede dificultar que los refugiados y los desplazados internos regresen a sus hogares, incluso cuando termina el conflicto. Allí donde la tierra es cada vez más inhabitable o donde los indicadores apuntan a un mayor deterioro ambiental a largo plazo, muchas personas desplazadas no podrán regresar a sus hogares.
Conscientes de la situación, muchos refugiados combaten el cambio climático a través de proyectos de reforestación, limpieza o reciclaje.
El trabajo de ACNUR para la protección de las personas desplazadas debido a los efectos del cambio climático y los desastres naturales incluye cuatro áreas principales: asesoramiento legal, promover la coherencia de las políticas, investigación para abordar los vacíos existentes y actividades específicas en terreno. Existen fuertes necesidades humanitarias asociadas a este tipo de desplazamiento. Además, en materia de acción climática ACNUR lleva acabo una estrategia sostenible en sus campos de refugiados.
Por eso, ACNUR realiza numerosas actividades sobre el terreno para evitar, minimizar y abordar el desplazamiento; y lleva a cabo una importante labor de sensibilización sobre el cambio climático como origen del desplazamiento.
Junto con la Universidad de Georgetown y la colaboración de otros socios, ACNUR ha desarrollado una guía de reubicación planificada de aquellas poblaciones en riesgo por los desastres y los impactos del cambio climático.
Foto principal: © ACNUR/Tiksa Negeri.
Ayuda a los refugiados