Las agencias de Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales acaban de lanzar en Dakar un Plan Regional de Respuesta de Refugiados, dirigido a los refugiados nigerianos. Según este llamamiento se necesitan 174,4 millones de dólares para proteger y asistir a unas 192.000 personas que han huido de los brutales ataques de los grupos insurgentes en el noreste de Nigeria. El Plan busca también responder a cualquier desplazamiento de población adicional hacia los países vecinos.
El llamamiento internacional busca recaudar fondos para ofrecer asistencia esencial al menos para 74.000 nigerianos que han encontrado refugio en el norte de Camerún, a 18.000 en el suroeste de Chad y a unas 100.000 personas en Níger -refugiados nigerianos y nacionales de Níger retornados-.
Aunque se espera que las recientes elecciones democráticas pacíficas puedan instaurar un ambiente más seguro para los civiles en Nigeria, la región del noreste sigue muy inestable. Los ataques mortales de los insurgentes contra aldeas y civiles, los secuestros, la impunidad y las operaciones para contraatacar la insurgencia siguen provocando desplazamientos. Más de 1,2 millones de personas están desplazadas además dentro de Nigeria como consecuencia directa de la violencia, sobre todo en los estados de Adamawa, Borno y Yobe.
Los refugiados nigerianos necesitan más apoyo
“Las personas desplazadas en el noreste de Nigeria y al otro lado de sus fronteras están en una situación muy dramática, siguen temiendo por sus vidas y en este momento no pueden regresar a sus casas” ha explicado Liz Ahua, Representante Regional de ACNUR para el oeste de África y Coordinadora de la situación de refugiados de Nigeria. “Necesitamos más apoyo económico para seguir ayudando a los refugiados y para planificar un aumento de la ayuda en caso de que más personas huyan buscando seguridad fuera de Nigeria”.
Las agencias humanitarias están luchando por aumentar y mantener los servicios esenciales en los campos de refugiados, incluyendo el cobijo y los alimentos, el acceso a la salud, al agua y al saneamiento. En los campos de refugiados, miles de niños refugiados en edad escolar no pueden ir al colegio por falta de aulas y profesores. La necesidad de apoyo en salud mental también es enorme ya que muchas personas han sobrevivido a ataques físicos o han sido testigos de actos de extrema violencia contra sus seres queridos. El conflicto ha tenido un impacto devastador en los niños, incluyendo a muchos que han sido reclutados forzosamente por los insurgentes en Nigeria. Otros han vivido ataques contra sus escuelas y muchos han quedado separados de sus familias durante el desplazamiento.
Además, la comunidad humanitaria tendrá que seguir garantizando, junto a los gobiernos concernidos, que la gente que huye por salvar su vida pueda tener un acceso sin restricciones al asilo y que sus derechos sean respetados. Las agencias humanitarias tienen el deber de ayudar a que estos niños, mujeres y hombres que huyen de Nigeria no pierdan la esperanza de un futuro mejor a pesar de los retos que todavía enfrentan.