ONG en África, el continente del hambre y la guerra

La escasez, la violencia y las duras condiciones climatológicas de muchos de los países de África Subsahariana convierten a este continente en el hogar de millones de niños con desnutrición.

La hambruna declarada en 2017 se sumaba al aumento exponencial del número de refugiados al que atender. Una situación en la que los fondos se han vuelto insuficientes, obligando a ACNUR a tomar una de las decisiones más difíciles para los trabajadores humanitarios: recortar las raciones de comida.

El hambre y la inseguridad alimentaria son el principal problema de los campos africanos, donde muchas familias no saben si mañana tendrán algo que llevarse a la boca.

Con 1 € puedes llevar comida a 1 persona durante 1 día.

En países como Sudán del Sur, los niños son más del 60% de la población que ha huido de la guerra. ACNUR lleva al colegio a más de 150.000 niños cada año que buscan un futuro para el día de mañana. Pero al llegar a secundaria, la falta de fondos hace que muchos niños no puedan terminar sus estudios.

Con 18 euros puedes llevar al colegio a un niño durante 1 año.

En una emergencia los refugiados se autoabastecen con 15L diarios que tendrán que servirles para todo: comer, beber, cocinar, ducharse, lavarse las manos… Es 10 veces menos de lo que consume una persona en España. Este recurso tan esencial se ha convertido en un sueño para miles de refugiados en África. Sequías atroces azotan territorios como el sur de Somalia y el desierto gana espacio frente al agua en lugares como el Lago Chad, que ha ido reduciendo su tamaño a lo largo de los años.

ACNUR ha construido más de 1.000 pozos y puntos de agua potable en África, pero hace falta más ayuda para llegar a todos los refugiados.

Con cada euro puedes llevar agua a 3 personas durante 1 día.

Esta enfermedad mortal que se transmite con la simple picadura de un mosquito es hoy la principal causa de mortalidad infantil. Sin vacuna efectiva hasta la fecha, la única manera de evitarla es usar un spray antimosquitos y mosquiteras.

En el caso de refugiados y desplazados, que han tenido huir de sus casas con poco más que lo puesto, el riesgo de contraerla se dispara. Muchas familias y niños no tienen nada con lo que protegerse o duermen bajo mosquiteras rasgadas por el paso de los años.

Con cada 5 € puedes enviar una mosquitera para proteger a un niño.

Un refugiado que huye de una guerra o conflicto armado se enfrenta de media a 17 años en un campo de refugiados. Por eso, se necesitan soluciones a largo plazo para que puedan reconstruir su vida en los países de acogida. En este sentido, Uganda es todo un ejemplo de solidaridad al destinar tierras para el cultivo que hacen que las familias puedan autoabastecerse en pocos meses o creando poblaciones como Nueva Bujumbura donde la economía ha vuelto a florecer.

¿Sabes cuál es la ONG de los Refugiados?