El año 2022 estará marcado por la respuesta del mundo a tres amenazas: los conflictos, la emergencia por COVID-19 y el cambio climático. Los conflictos han generado dolor y devastación a lo largo de la historia. La COVID-19 supone una nueva amenaza que puede causar daños a largo plazo. El cambio climático tendrá efectos duraderos si no se actúa de manera urgente. Las “tres C” golpean con más fuerza a los más vulnerables, incluida la población refugiada.
ACNUR hace un llamamiento para poner fin a los conflictos, que están en el origen de las crisis de desplazamiento forzado, para que la recuperación de la crisis provocada por la COVID-19 se lleve a cabo de manera equitativa, con un acceso inclusivo a las vacunas y con apoyo socioeconómico, y para tomar medidas decisivas para combatir la emergencia climática y mitigar sus impactos.
Debido a estas y a otras causas, el número de personas desplazadas a la fuerza aumentan año tras año, como también lo hacen los fondos necesarios para afrontar las distintas crisis de desplazamiento forzado que hay actualmente en el mundo.
Según las estimaciones de ACNUR, para cubrir las operaciones humanitarias de la Agencia en los 133 países y territorios donde operará durante 2022, se necesitarán 8.994 millones de dólares. Hasta el momento, los gobiernos se han comprometido a donar un total de 1.054 millones.
“Estamos preparados para un alto nivel de imprevisibilidad en 2022. Contamos con sólidos mecanismos de preparación y respuesta ante emergencias, con colegas listos para ir a terreno y con reservas disponibles”.
Raouf Mazou, Asistente del Alto Comisionado de Operaciones.
La mayor parte del presupuesto se destinará a Oriente Medio y el Norte de África, con un 27 % del presupuesto total, seguidos del Este y el Cuerno de África y la zona de los Grandes Lagos, con un 21 %. África Occidental y Central, Asia y el Pacífico y América contarán con la misma cuota presupuestaria del 9 %, seguidas de Europa, con el 7 %, y el sur de África con el 5 %. En conjunto, las tres regiones de África representan el 35 % del presupuesto.
El registro y la gestión de identidades, la documentación y el acceso al territorio proporcionan seguridad a las personas que necesitan protección.
Una mujer de la República Centroafricana espera a ser registrada biométricamente por ACNUR en Gbada, en la República Democrática del Congo. El registro les proporcionará a ella y a sus hijos los documentos legales necesarios para recibir asistencia y protección en el territorio congoleño.
Mejorar la comunicación con las comunidades de acogida y la recopilación, el almacenamiento y el análisis de datos ayudará a tomar las decisiones más adecuadas para ellas.
El desplazamiento forzado agrava aún más las desigualdades de género. Para abordarlas, ACNUR trabaja con un enfoque de género. Se trata de una inversión a largo plazo que debe ser apoyada por acciones específicas para avanzar en el empoderamiento de las mujeres y niñas.
"Las mujeres tienen poder para todo", asegura Agnes Baitio, una refugiada sursudanesa que vive en el asentamiento de Bidibidi, Uganda. Agnes dirige un equipo de construcción formado por refugiados y ugandeses que construye refugios con financiación y apoyo de ACNUR.
ACNUR adopta un enfoque holístico de los servicios básicos y esenciales. La vivienda, el agua, el saneamiento, la energía, la protección, la salud y los medios de subsistencia son elementos cruciales que permiten a las personas ejercer sus derechos en un entorno seguro.
"Por primera vez desde que hui, me siento como una ciudadana de verdad. Echo de menos mi tierra, pero siento que volvemos a vivir en un pueblo”, comenta Hassana (en la foto de portada), desplazada interna nigeriana, desde la ciudad fronteriza de Ouallam. Allí, su anciana madre y sus cuatro hijos dormían al principio en un endeble refugio. Gracias a la asistencia proporcionada por ACNUR, ahora cuentan con un refugio sencillo, pero resistente.
ACNUR tiene el mandato de proteger a los refugiados y ayudarles a encontrar soluciones a su desplazamiento, en cooperación con los Estados de acogida. Para identificar soluciones duraderas a situaciones de desplazamiento forzado complejas y prolongadas, ACNUR adopta un enfoque progresivo e integral centrado en garantizar los derechos de las personas desplazadas.
La Agencia trabaja con el sector privado y la sociedad civil para ampliar las opciones disponibles, incluso a través de la educación, la reunificación familiar, la movilidad laboral y los visados humanitarios especiales. ACNUR también aboga por la inclusión socioeconómica y apoya a los Estados que ofrecen a los refugiados la integración local.
El refugiado somalí Abdulbasit y su familia han sido aceptados en el programa de reasentamiento de refugiados de Canadá. Él sufrió terribles abusos durante su detención en Libia y fue evacuado a Ruanda en el marco de un plan humanitario para salvar vidas establecido por el gobierno ruandés, la Unión Africana y ACNUR.
"Estoy muy contento. Estaba muy preocupado porque hemos esperado mucho para ser reasentados, pero nunca me rendí".
ACNUR en 2022
El trabajo de ACNUR en 2022 estará centrado en la protección de la infancia y de las personas adultas refugiadas, la preparación para emergencias, la distribución de artículos básicos y de ayudas económicas para las personas en mayor situación de vulnerabilidad, la salud y la seguridad alimentaria, la prevención y respuesta a la violencia de género, agua y saneamiento, apoyo nutricional, alojamiento, educación, medios de vida, energías limpias, protección ambiental y apoyo para personas apátridas.
"Me gusta que mis dos hijas, a pesar de todas las circunstancias, me digan: mamá, me gusta mi casa, me gusta donde vivo, me gusta lo que hago, me gusta mi nuevo futuro".
Mariana, abogada venezolana y refugiada en México.
Ayuda a los refugiados