La falta de fondos dificulta entregar ayuda humanitaria a miles de sirios.
Desde 2011, cientos de miles de personas han sido asesinadas en la guerra en Siria. El conflicto se ha convertido en una crisis humanitaria sin precedentes en escala, gravedad y complejidad. En lo que va de año, 1.000 niños han sido asesinados o heridos por el aumento de la violencia. Las agencias de la ONU alertan sobre las inminentes consecuencias de la falta de fondos económicos para atender a desplazados y refugiados sirios.
En los primeros meses de 2018, la situación humanitaria en Siria se deteriora todavía más. 2,3 millones de sirios siguen atrapados en localidades sitiadas o de difícil acceso y 8,2 millones viven en áreas contaminadas con explosivos.
A medida que el número de personas que necesitan asistencia sigue creciendo, la ONU hace un llamamiento urgente. Mientras los civiles de Guta Oriental y Afrin están sujetos a restricciones en la libertad de movimiento, ACNUR recuerda que todas las partes del conflicto están obligadas a proteger a los civiles y garantizar el acceso incondicional de la ayuda humanitaria. En estas áreas, decenas de miles de personas permanecen atrapadas y necesitan urgentemente asistencia y protección.
Así mismo, la ONU y las agencias humanitarias condenan la destrucción de instalaciones críticas como hospitales.
Según el número de personas que huyen de la guerra aumenta (más de 700.000 desde el comienzo del año), la necesidad de financiación es cada vez más urgente. Aunque en 2018 se ha conseguido más de medio millón de dólares, esto apenas cubre el 21% de las necesidades para 2018.
ACNUR y sus socios aseguran que a día de hoy existen enormes dificultades para llevar comida a muchos de los refugiados sirios en Egipto, Jordania, Irak, Líbano y Turquía. Además, los conflictos activos, las líneas de frente cambiantes, la inseguridad y los obstáculos administrativos obstaculizan la entrega de la ayuda humanitaria dentro de Siria. Las organizaciones casi han agotado los recursos y la financiación es vital para llegar a las personas con más necesidades.
Mientras en 2017 se lograron cubrir el 54% de los fondos necesarios y ACNUR atendió a 7,8 millones de personas cada mes, en 2018 sólo el 21% ha sido recaudado. Los esfuerzos de respuesta humanitaria de la ONU carecen de los fondos necesarios y la comida, el agua y el acceso médico escasean.
Se está priorizando la seguridad alimentaria, la entrega de refugios, salud y protección. Muchas familias necesitan acceso médico y más del 35% de la población siria tiene dificultad para acceder a agua potable. Con 50 € puedes enviar comida para una familia durante 10 días. Necesidades:
1 de cada 4
Sirios han tenido que huir de su casa.
69%
Viven en extrema pobreza.
+ de la mitad
De las instalaciones sanitarias han sido destruidas o dañadas.
De los millones de refugiados sirios asistidos por ACNUR, el 70% son mujeres y niños. Un colectivo especialmente vulnerable ante el riesgo de violencia sexual o de género, explotación y tráfico.
En 2017, 910 niños fueron asesinados y 361 mutilados en Siria. Además, las oportunidades de prosperar, cuando más del 40% de los niños sirios no van a la escuela, escasean y el matrimonio y el trabajo infantil son cada vez más comunes.
Países de acogida como Líbano, donde 1 de cada 5 personas es refugiada, están siendo extremadamente generosos, pero el coste desde el comienzo de la guerra les lleva a una situación límite.
Desde 2016, los gobiernos de Turquía, Líbano y Jordania avanzan para dar acceso laboral a los refugiados en sus países y evitar el trabajo y el matrimonio infantil. En Jordania, se han conseguido casi 70.000 permisos de trabajo y 1 millón de sirios tiene acceso al mercado laboral en Turquía, pero estos programas también dependen de las ayudas económicas.
El deterioro de la situación en muchas partes de Siria hace evidente que las condiciones actuales no permiten que puedan volver a sus casas de forma segura. Sólo en los campos, más de 90.000 familias refugiadas dependen de la ayuda humanitaria y de las donaciones de socios para poder recibir medicamentos, agua y comida.