¿Quiénes son los yazidíes?
Se trata de una minoría étnica dentro del pueblo kurdo que practica una religión minoritaria que tiene raíces en el zoroastrismo y el sufismo. Su líder espiritual es Baba Sheij.
Los yazidíes has sido perseguidos durante siglos, desde la época del Imperio Otomano.
Se calcula que alrededor de medio millón de yazidíes viven a día de hoy en Irak y otras 200.000 personas en países como Siria, Turquía o Irán.
En 2014, a raíz del califato declarado por el Estado Islámico para expulsar a las religiones minoritarias, los yazidíes fueron las principales víctimas de los militantes, junto a los cristianos iraquíes. En agosto de ese mismo año tuvo lugar la matanza de Sinjar, un suceso que cambiaría sus vidas para siempre.
Los radicales acometieron entonces un genocidio contra esta minoría étnica que vivía aislada en la montaña, en la ciudad de Sinjar. Los hombres fueron asesinados. Las mujeres y los niños, secuestrados y forzados a convertirse a la religión del Islam. Otros, fueron obligados a ejercer la prostitución o convertidos en esclavos. En los pueblos, arrasados y quemados, las fosas comunes muestran los escasos restos humanos que han quedado en una región en la que aún se respira el miedo ante la idea de volver.
A día de hoy, alrededor de 1.000 mujeres y niños secuestrados han podido escapar mientras que cerca de 3.000 permanecen cautivos.
El drama de cientos de mujeres y niñas yizadíes suponía además una deshonra para su religión. Para los yazidíes, estaba terminantemente prohibido volver a su comunidad después de haberse convertido a otra religión hasta el año 2014.
Afortunadamente, tras las atrocidades cometidas contra esta minoría étnica, los líderes yazidíes decidieron tomar una medida sin precedentes.
Fue el propio Baba Sheik, su líder espiritual, quien decidió cambiar la doctrina para admitir en sus comunidades a las mujeres liberadas que se han visto obligadas a cambiar de religión durante el secuestro.
Es la historia de Leila, quién está feliz de haber podido volver a su comunidad tras meses de cautiverio. Leila cuenta cómo fue obligada a convertirse y a casarse con uno de sus secuestradores. En el mes de febrero, logró escapar. Una vez en libertad, Leila acudió al templo sagrado de Lalish donde fue bautizada y devuelta a la fe.
“Simplemente estoy feliz porque he sido herida. Quería volver a estar limpia”, dice Leila refiriéndose a los asaltos sexuales a los que fue sometida cuando estaba secuestrada.
Ahora, hay gente viviendo en este templo sagrado. Son desplazados que han tenido que huir de la guerra. En el distrito de Shekhan, 120 familias viven desplazadas por la persecución a la que han sido sometidas por pertenecer a la minoría étnica de los yazidíes.
ACNUR ha ayudado a miles de mujeres y niños a poder volver a sus vidas a través de la ayuda psicológica que intenta paliar unos traumas que tardarán tiempo en ser curados.