Dar y recibir, ¿altruismo o reciprocidad?
Hay quien dice que quien da, recibe, y es que sea por altruismo o esperando una futura recompensa, la generosidad es una de las claves para la felicidad.
Distintos estudios demuestran que el acto de dar, ya sea tiempo, dinero o cariño, a aquellos que lo necesitan, ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental.
En un mundo de desigualdades globales, la ecuación entre dar y recibir no siempre está equilibrada, lo que no significa que las personas que ofrecen generosamente sus recursos salgan perdiendo, sino todo lo contrario.
Al leer las historias que inundan los campos de refugiados, la percepción de los problemas, necesidades y vivencias de nuestro día a día puede tomar una dimensión muy distinta.
Con una mirada positiva, nos damos cuenta de que lo que para una persona favorecida supone un pequeño esfuerzo, puede cambiar drásticamente la vida de un refugiado haciéndole llegar comida, agua, medicamentos o material para ir al colegio.
El llamado efecto mariposa se hace realidad cada vez que una persona ofrece su ayuda.
“De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada”
Aristóteles.
“No da quien tiene, sino quien quiere”
Refranero popular.
“Dar un vaso de agua a cambio de un vaso de agua no es nada; la verdadera grandeza consiste en devolver el bien por el mal”
Mahatma Gandhi.
"A un gran corazón, ninguna ingratitud lo encierra, ninguna indiferencia lo cansa”
León Tolstoi.
“Cuando yo doy, me doy a mí mismo”
Walt Whitman, poeta americano.
Por increíble que parezcan sus historias, miles de héroes desconocidos deciden dejarlo todo para ayudar a los demás. Se esconden tras las mayores desgracias de la tierra, cambiando y mejorando el mundo y demostrando que la felicidad no viene de acumular riqueza, sino de compartirla.
Ayuda a los refugiados