Apartados de núcleos urbanos, al caer la noche la oscuridad más absoluta envuelve los campos de refugiados sin electricidad, como el de Mahama en Ruanda.
A día de hoy, 4 millones de refugiados viven en campamentos sin la iluminación necesaria. Cuando cae la noche, a veces a las cinco y media o seis de la tarde, la vida termina. La falta de electricidad, linternas o lámparas solares, impide todo tipo de actividad durante demasiadas horas del día. Desde el anochecer, los niños no pueden hacer los deberes y los mayores no pueden trabajar o hacer las tareas del hogar, lo que reduce drásticamente su tiempo útil durante el día.
Pero la falta de iluminación puede tener consecuencias aún más importantes: proteger a mujeres y niñas.
La falta de luz desde el atardecer hasta el amanecer conlleva importantes riesgos, especialmente para mujeres y niñas que, cuando se alejan de los refugios se exponen a la violencia sexual y de género.
En países como la República Democrática del Congo, el riesgo es tal que la mayoría de las mujeres serán violadas más de una vez en su vida.
Con una lámpara solar que se recarga durante el día, mujeres y niñas pueden hacer vida normal y alejarse de su refugio para ir a por agua o leña sin miedo a que las asalten por el camino.
A través de la campaña “Tú también eres la luz”, el Comité Olímpico Internacional y ACNUR se han unido para llevar luz a más de 55.000 refugiados en el norte de Ruanda que han huido de las atrocidades en Burundi.
En este campo, a las 6 de la tarde ya es noche cerrada. Todos quienes allí se refugian se apresuran en llegar a sus hogares donde la vida también habrá terminado. Los estudiantes no pueden leer o hacer los deberes, algo especialmente desafiante al pasar de estudiar en francés en su país de origen a estudiar en inglés en su país de acogida y necesitar aún más esfuerzos por adaptarse.
Convierte tu movimiento en luz a través de tu actividad física
Esta campaña, que se desarrollará en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChand en Corea del Sur el próximo febrero, pedirá que los colaboradores donen su actividad física a través de una aplicación para el móvil a la que puedes acceder aquí, y registrar tu actividad física a través de tu dispositivo. Así, tus pasos se suman al total mundial que el Comité Olímpico Internacional convertirá en luz para iluminar el campo de refugiados de Mahama.
Entre todos, podremos conseguir que los refugiados tengan más tiempo para trabajar, hacer deporte o estudiar.
“En un mundo de incertidumbres, el mensaje de que nuestra humanidad compartida es más grande que las fuerzas que nos dividen, es más relevante ahora que nunca. Los atletas llevan la luz y nos inspiran, dándonos toda la esperanza de que es posible tener un mundo mejor”.
Thomas Bach, Presidente del Comité Olímpico Internacional.