El fotógrafo y videoperiodista sudanés Ala Kheir relata sus experiencias durante la guerra y su cobertura del desplazamiento en su país. Un año después de que estallaran los combates en Sudán, millones de personas se han visto obligadas a huir en busca de seguridad y asistencia humanitaria, lo que ha provocado una de las mayores y más difíciles crisis humanitarias y de desplazamiento del mundo.
Original de Darfur, para Kheir Sudán siempre ha sido el escenario principal de su trayectoria fotográfica, un país devastado por la guerra, el hambre, la violencia y la desesperanza de millones de personas que, una vez más, lo han perdido todo. ACNUR está allí desde los primeros momentos para ayudar a paliar la situación de las personas desplazadas y más vulnerables, enviando materiales de ayuda humanitaria constantemente gracias a la ayuda de lo socios y donantes como vosotros.
"Siempre es complicado resumir la experiencias y el dolor en un simple clic de cámara, pero creo que ahí radica la belleza de la fotografía".
Ala Kheir
Si alguna vez te has preguntado cómo siente un ciudadano que empieza una guerra, la experiencia de Ala lo resume todo, porque la vida cambia en un segundo. O en dos disparos. "Es como un día corriente, y de repente empiezas a escuchar el sonido de armas en la lejanía, en el centro de la ciudad. Y, como el resto de habitantes, piensas que es algo que pasará en un par de horas, y las cosas volverán a la normalidad. Pero no, primero fueron días, luego semanas, meses... y ahora estamos hablando de un año de conflicto en Sudán".
Durante este tiempo, tal y como relata Kheir, ha tenido la oportunidad de convertirse en un periodista de guerra desde su ventana. Aviones de guerra surcando el cielo, esos aviones cargados de muerte metálica que obligaron a miles de personas a salir huyendo sin nada más que lo puesto. Miedo, desesperanza y muerte antes de poder llegar a los campos de refugiados de ACNUR en un país poco amigo de las cámaras y de que los horrores queden registrados.
Son muchos los rostros, calles devastadas, rincones donde una vez hubo vida fotografiados por Ala Kheir pero, como suele pasar, siempre hay un rostro, una historia, que hace que sea diferente. Porque de eso van las guerras, de las personas que las sufren. Y para este videoperiodista son las personas el centro de su trabajo y de su relato.
"Siempre me he encontrado con que las mujeres sufren más dolor que los hombres y de forma subconsciente la mayor parte de mis imágenes son historias de mujeres. Conocí a dos gemelas de Darfur, dos preciosas jóvenes: Shala y Suha, de 12 años, que habían viajado 2.400 kilómetros desde Darfur hasta Port Sudán con su madre y su hermano pequeño. Un viaje complicado para ellos."
Kheir se asombra de la capacidad de estas dos jóvenes que "esconden el dolor para que la madre no se sienta aún más preocupada es algo asombroso y me hace sentir un gran respeto por ellas: por su forma de pensar, por el modo el que hablan de un viaje que en principio sería impensable para unas niñas de 12 o 13 años".
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