Con más de seis millones de refugiados y a lo largo de todo el África Subsahariana, esta región acoge casi a un tercio de toda la población...
Con más de seis millones de refugiados y a lo largo de todo el África Subsahariana, esta región acoge casi a un tercio de toda la población refugiada del planeta, además de a 14,5 millones de desplazados internos. Las guerras y las situaciones de violencia y de persecución política en mucho países del continente han sido las razones más habituales que han obligado a huir de sus hogares a los africanos.
Sin embargo, los desastres naturales y fenómenos meteorológicos extremos, en algunos casos relacionados con el cambio climático, se han convertido en en una causa cada vez más habitual del desplazamiento forzado en el continente, agravados por la existencia de conflictos armados. La sequía ha sido el desastre natural que más estragos ha causado en la última década.
Dos zonas del continente han sido las más afectadas por largas sequías que han convertido sus habitualmente áridas condiciones climáticas en mucho más extremas, generando graves crisis humanitarias y perjudicando gravemente que el agua para los refugiados llegue a los campos.
El Cuerno de África es una región ubicada en la zona oriental del continente, que incluye países como Somalia, Etiopía, Eritrea y Yibuti y es una de las zonas más pobres del planeta. Su clima es particularmente árido, con las precipitaciones concentradas durante el periodo del monzón y con escasos cauces fluviales.
A pesar de estas características climáticas, el Cuerno de África tiene una densidad de población relativamente alta y más de 120 millones de personas habitan en la región. Todo ello la convierten en una zona de alto riesgo de hambruna cuando se producen largos períodos de sequía.
En 2011, la región padeció una terrible hambruna, provocada por una de las mayores sequías de la historia, unida al recrudecimiento de la guerra en Somalia. Más de 2 millones de personas huyeron de los combates generando una crisis humanitaria que causó más de 250.000 muertes.
En 2017, la sequía volvió a azotar al Cuerno de África, volviendo a generar un desplazamiento masivo y una grave crisis humanitaria. En la actualidad, 800.000 somalíes se encuentran como solicitantes de asilo en la región y más de 2 millones están desplazados internamente en el país. El riesgo de que nuevas sequías, cada vez más impredecibles y severas, produzcan nuevas crisis humanitarias sigue siendo muy alto.
El Lago Chad es una vasta región pantanosa que se encuentra en la frontera entre Níger, Chad, Camerún y Nigeria. Cuando fue descubierto por los europeos, en 1823, era uno de los lagos más grandes del mundo. Sin embargo, décadas de explotación para regadío y una serie de largas temporadas de sequía en los últimos años han hecho que la mayor parte del lago se haya secado, dejando tras de sí un terreno fangoso por el que millones de personas transitan tratando de huir de la violencia imperante en la zona.
La mayor parte de las personas que huyen a través del Lago Chad, lo hacen desde Nigeria, tratando de escapar de la violencia del conflicto de Boko Haram. Pero toda la región se ha visto afectada de forma dramática por la paulatina desecación del lago, que ha arruinado la economía agrícola, la pesca y las formas de vida tradicionales de la región.
La acción del ser humano, particularmente el uso del agua del lago para irrigación sin respetar las temporadas secas, en las que el lago se subdivide en otros de menor tamaño y la construcción de represas en los ríos subsidiarios, ha tenido un efecto devastador.
Pero a ello se suma ahora las consecuencias del cambio climático, que está generando largas sequías en todo el Sahel provocando que la situación sea cada día más dramática en las orillas del que fue el inmenso Lago Chad.
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