La guerra en Yemen alcanza su cuarto año sin visos de solución y las consecuencias que el conflicto armado está teniendo para los civiles del país árabe...
La guerra en Yemen alcanza su cuarto año sin visos de solución y las consecuencias que el conflicto armado está teniendo para los civiles del país árabe son cada vez más graves. Los combates y bombardeos han devastado las infraestructuras del país, generando problemas de saneamiento, obligando a millones de personas a huir de sus hogares y arrastrando a buena parte de la población al borde de la hambruna.
Estas son las cuatro crisis humanitarias que ha provocado, hasta la fecha, el conflicto armado en Yemen:
Más de 3 millones de yemeníes se encuentran desplazados dentro del país, la inmensa mayoría en la zona occidental donde se han registrado el mayor número de combates. Desde el pasado verano, la cifra ha aumentado en medio millón, mostrando que la situación, lejos de tender a una mejora, se está volviendo cada vez más grave e insostenible.
A los desplazados internos yemeníes hay que sumar los 280.000 refugiados de otros países de la región que se encuentran en Yemen y que están volviendo a pasar por la misma pesadilla de la que escaparon. La mayoría de ellos provienen de Somalia, un país donde los altos niveles de violencia hacen muy difícil un retorno con mínimas garantías de seguridad.
La inseguridad alimentarias está llevando a buena parte del país al borde de la hambruna, particularmente en las zonas en las que se localizan combates activos. Además, los grupos más afectados son los desplazados internos, las familias de acogidas y los trabajadores sin posibilidad de acceder a un empleo que les permita cubrir sus necesidades más básicas.
Durante el presente año, el 80% de la población de Yemen - 24 millones de personas - necesitará asistencia humanitaria para sobrevivir. Dos tercios de los distritos del país se encuentran al borde de la hambruna y la situación está empeorando a medida que el conflicto se alarga en el tiempo.
El número de personas con necesidades urgentes ha aumentado un 27% y millones de yemeníes están ahora en un mayor riesgo de hambruna y de padecer enfermedades que hace un año.
La crisis humanitaria, económica y social que ha generado la larga guerra en Yemen se ha tomado una víctima particularmente vulnerable: las niñas. El matrimonio infantil era una práctica que ya estaba presente antes del estallido del conflicto, pero el caos generado desde hace cuatro años no ha hecho más que agravarla.
Según datos de la ONU, esta práctica que atenta contra los derechos más básicos de las niñas, ha aumentado de un 17% de niñas de entre 15 y 19 años casadas en 2013 a un 66% en 2017. Los motivos detrás de este aumento tienen que ver con el empobrecimiento de la población y el empleo de las dotes matrimoniales para hacer frente a gastos básicos de las familias.
La destrucción de las estructuras de saneamiento hizo que apareciera un brote de cólera en Yemen en 2017. Esta enfermedad intestinal aguda provoca diarreas, vómitos y deshidratación, se transmite por el agua y, si no se trata a tiempo, puede llegar a provocar la muerte en pocas horas.
Tras haber llegado a afectar a más de 1 millón de personas, los casos de cólera se redujeron en casi tres cuartos durante el año 2018. Sin embargo, hubo 400 muertes asociadas con esta enfermedad ese año que se suman a las 2.300 del año anterior. Los niños de menos de cinco años representan un tercio de las víctimas mortales.
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