Cada invierno, ACNUR reparte mantas, calefactores, ropa de abrigo y combustible entre las familias más vulnerables que se encuentran en Siria y los países vecinos. Los refugios de plástico y aluminio difícilmente consiguen aislarles del frío cuando las temperaturas se sitúan por debajo de cero durante la noche.
Los refugiados carecen de casa y paredes en las que resguardarse. O si las tienen, son muy precarias. Cuando las temperaturas bajan, sobre todo en la zona de Irak o de Siria y otras regiones, el riesgo para mucha gente de morir de hipotermia empieza a ser preocupante. Sobre todo, teniendo en cuenta que se enfrentan, en muchos casos, a temperaturas bajo cero.
Más de 10 millones de personas desplazadas y refugiadas de Siria y de Irak que están hoy en diferentes regiones de Egipto, Irán, Jordania, El Líbano y Siria pasan frío. De esta cantidad se estima que 3,88 millones necesitarán ayuda inmediata para afrontar el invierno.
Para evitar casos de hipotermia, ACNUR facilita aislantes para las tiendas y los refugios, mantas térmicas y calefactores para las personas refugiadas y desplazadas. ACNUR ya ha repartido materiales para más de 630.000 personas desplazadas en Siria, pero las necesidades son muy grandes.