A menudo, pensamos en Internet como un mero pasatiempo sin darnos cuenta del impacto real que tiene estar conectados. Estudiar una carrera, abrir un negocio o buscar a tus padres después de una guerra, son algunos ejemplos de cómo puede Internet llegar a cambiar la vida de una persona.
El refugiado sudanés Richard Maliamungu se detiene frente a un puesto en el polvoriento mercado de Rhino Camp donde espera abrir una tienda de teléfonos móviles para otros refugiados. Un sueño posible solo desde que el acceso a Internet llegó a esta remota aldea de Uganda.
La idea se le ocurrió haciendo un curso de emprendimiento social: "Vemos que la gente quiere crear negocios, quieren estudiar. Eso es posible ahora con Internet". Tras huir de la guerra en Sudán del Sur, se convirtió en uno de los miles de refugiados que llegaron a Uganda donde ACNUR y sus socios han ayudado a llevar Internet a los asentamientos, instalando torres de telefonía móvil en la región norte, brindando acceso a Internet a millones de personas por primera vez.
"Colocamos torres en el norte de Uganda, adaptando nuestro plan de red a donde se encuentran los campos de refugiados”, dice el director general de Airtel en Uganda.
Buscar online, comprar offline (Research Online, Purchase Offline), el conocido como efecto ROPO es una tendencia que amplía sus fronteras. En países como Kenia, donde se ha demostrado que los refugiados impulsan la economía local a través de sus negocios, Esperanza Fashion & Design se ha hecho un hueco en el mundo de la moda gracias a las Redes Sociales.
Tras abrir una pequeña tienda en el mercado de Dadaab y subir sus diseños a Internet, refugiados y locales de zonas cercanas se acercan para probarse los modelos que han visto por Internet. Los beneficios, se invierten en máquinas de coser y planchas con las que mejora la calidad de su producto.
La conexión a Internet ha transformado las vidas de refugiados y locales que no pueden pagar las matrículas escolares y ahora pueden acceder a plataformas de aprendizaje online.
"Desde que llegaron los refugiados, yo también me he beneficiado, así como el resto de la comunidad", dice Gift, emprendedor ugandés Munguleni que, siendo el quinto de diez hermanos, no pudo permitirse ir a la escuela más allá de primaria. Ahora que Internet ha llegado a la zona, ha ampliado sus oportunidades de vida.
"Aprendí cómo crear mi propio plan de negocios. Sin Internet, simplemente iba a trabajar en el campo. Internet va a tener un gran impacto para todos".
Matthew Lubari, de 26 años, fundador de la iniciativa comunitaria CTEN y voluntario para enseñar habilidades digitales a quienes sueñan con carreras como científicos, ingenieros y médicos, coincide con él: "El acceso a la información se ha vuelto tan fácil. Todos pueden venir aquí y acceder a los cursos. Realmente ha cambiado sus vidas".
Mientras buscan inversión para su puesto del mercado de Rhino Camp, Richard y Gift estudian para diplomarse en Salud Pública. Quieren transmitir lo que aprendieron para detener la propagación de enfermedades en el campamento.
"Cualquiera que sea el desafío, ahora puedes conectarte y encontrar respuestas", dice Matthew, “seguro de que la conexión hará a los refugiados impulsen la región.”