Última hora: 400 personas atrapadas en el oeste de la viudad ante la ofensiva de Mosul.
El que fuera Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados entre 2005 y 2015, António Guterres, pasará en enero a ser el nuevo secretario de la ONU, ocupando el...
Los habitantes de la ciudad de Lugansk encuentran grandes dificultades para volver a una vida normal, según las últimas noticias de Ucrania que nos traslada William Spindler. Después...
Según la misión de la ONU en pro de la paz en la República Centroafricana, MINUSCA, los recientes enfrentamientos entre los paramilitares de los grupos ex seleka...
Volver a Empezar es el primer podcast del Comité Español de ACNUR, conducido y presentado por Molo Cebrián, creador de Entiende Tu Mente o Saliendo Del Círculo.
En esta nueva temporada de Volver a Empezar hablamos con mujeres que se han visto desplazadas por la fuerza, pero que no se dejan definir por estas circunstancias. Son mujeres incansables, que día a día superan la adversidad y la desigualdad y que además luchan por aquello en lo que creen: una vida digna para todas, para poder vivir en paz. Casi 60 millones de mujeres y niñas están desplazadas en todo el mundo, a ellas les dedicamos la novena temporada del Podcast del Comité español de ACNUR.
En la Temporada 8 de "Volver a empezar", el podcast del Comité español de ACNUR, nos preguntamos: ¿Puede el deporte convertirse en refugio? Para responder a esta pregunta hemos hablado con varias personas refugiadas que han tenido que huir de sus hogares, dejar su país y comenzar de cero en España. Personas a las que el deporte les ha salvado la vida. ¿Y cómo es posible esto? En muchas ocasiones lo es gracias a organizaciones, fundaciones y asociaciones que apuestan por el deporte como herramienta integradora de las personas refugiadas. Y es que el deporte integra, empodera, une, ayuda y puede convertirse en hogar, especialmente cuando el tuyo ha quedado muy lejos.
¿Te imaginas tener que abandonar tu país y empezar de cero para poder salvar tu vida? El protagonista de esta temporada tuvo que hacerlo: le llamaremos Juan. Por motivos de protección, prefiere no decir su nombre, ni de dónde viene, pero sí puede contarnos cómo ha logrado comenzar una nueva vida en un pequeño pueblo de la llamada España rural, ayudando a combatir el despoblamiento. Allí, donde muchos otros no quieren ir, Juan está construyendo un hogar seguro junto a su familia. Acompáñanos a conocer su historia en la séptima temporada del podcast del Comité español de ACNUR.
El cambio climático ha llegado para quedarse y marcar nuestro presente y nuestro futuro. Pero, ¿qué es exactamente? ¿Qué consecuencias tiene y cómo podemos luchar ante su avance? ¿Cómo afecta a las personas más vulnerables del planeta? En la temporada 6 de "Volver a empezar" resolvemos estas preguntas sobre el cambio climático hablando con expertos en el tema. Te esperamos.
Como no podía ser de otra manera, dedicamos la Temporada 5 de Volver a empezar a Ucrania. Queremos conocer de cerca cómo se vive en un país en guerra, cómo es huir de este conflicto y comenzar de cero en un lugar nuevo. Pero también vamos a mostrar qué labor está realizando Acnur en esta situación y cómo podemos ayudar cada uno de nosotros. Te esperamos.
Esta es la historia de una persona que gracias al boxeo tuvo una segunda oportunidad. No solo ella, sino también toda su familia.
Ella es Sadaf. Mujer, boxeadora, refugiada, valiente y luchadora. Nació en Afganistán, uno de los peores países del mundo para nacer mujer. Si quieres conocer su historia, ¡dale al play! y si te emociona tanto como a nosotros, comparte este podcast.
La tercera temporada de Volver a Empezar tiene nombre propio: Sergio Chekaloff. Una persona que ha pasado 74 años buscando el reconocimiento de una nacionalidad.
Su historia es la de millones de personas en todo el mundo que carecen de derechos políticos, jurídicos y sociales por el hecho de no ser considerados ciudadanos. Son apátridas.
En esta segunda temporada de Volver a Empezar conoceremos a Sergio, Gleici y Cristian. Ellos se vieron obligadas a abandonar sus países y que al llegar a España se toparon con una situación excepcional por la pandemia de COVID-19. A pesar de sus dificultades personales, y aún a riesgo de contagiarse, volvieron a armarse de valor para ayudar a quienes más lo necesitaban.
Befriending es la primera temporada de Volver a Empezar. En ella conoceremos la historia de tres mujeres valientes. Dos de ellas lo dejaron todo atrás en sus países para volver a empezar. Una vez en España, forjaron una amistad que les ha ayudado a salir adelante en el día a día.
Un informe publicado hoy por la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, muestra que el 2011 ha sido un año récord en cuanto a desplazamiento forzoso entre fronteras, registrando la mayor cifra de personas que se han convertido en refugiados desde 2000. El informe de ACNUR titulado “Tendencias Globales 2011”, detalla por primera vez el alcance del desplazamiento forzoso que han provocado una serie de crisis humanitarias encadenadas, comenzando a finales de 2010 en Costa de Marfil y que fue rápidamente seguida de la crisis en Libia, Somalia, Sudán y otros lugares. La cifra de nuevos desplazamientos forzados en 2011 fue de 4,3 millones de personas, de las cuales 800.000 huyeron de sus países cruzando fronteras y convirtiéndose en refugiadas. “El año 2011 ha sido testigo de un sufrimiento a escala épica. Ha sido tan elevado el número de personas que se han visto envueltas en situaciones de conflicto en tan poco tiempo, que ha tenido un coste personal enorme para todos los afectados” dijo António Guterres, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. “De lo que sí podemos estar agradecidos es de que el sistema internacional de protección para estas personas se haya mantenido firme en su mayor parte, y que las fronteras hayan permanecido abiertas. Han sido momentos de ponerse a prueba”. En todo el mundo hay 42,5 millones de personas que en 2011 se encontraban como refugiados (15,2 millones), desplazados internos (26,4 millones) o como solicitantes de asilo (895.000). A pesar del alto número de nuevos refugiados, la cifra total de desplazados por conflictos fue menor que en 2010, en que hubo 43,7 millones. Esto se debe principalmente al efecto compensador que ha supuesto el retorno a gran escala de personas desplazadas internas que han regresado a sus hogares en 2011, y que se eleva a 3,2 millones, la cifra más alta de retornos de desplazados de la última década. En relación a los refugiados y aunque se haya producido un incremento en la repatriación respecto al 2010, el año 2011 ha sido el tercer año más bajo en retornos (532.000) de la última década. Desde una perspectiva a 10 años vista, el informe nos muestra algunas tendencias preocupantes: una de ellas es que el desplazamiento forzado está afectando a un número cada vez mayor de personas a nivel global, con la media anual sobrepasando los 42 millones en los últimos cinco años. Otra sería que una persona que se convierte en refugiado, tiene muchas más posibilidades de permanecer en esa situación por muchos años, a menudo en un campo de refugiados o viviendo en situación de precariedad en algún barrio urbano. De los 10,4 millones de refugiados bajo el amparo de ACNUR, casi tres cuartas partes (7,1 millones) llevan viviendo en el exilio durante más de cinco años, a la espera de una solución a su situación. En conjunto, Afganistán sigue siendo el mayor productor de refugiados (2,7 millones), seguido del conflicto de Irak (1,4) Somalia (1,1), Sudán (500.000) y la República Democrática del Congo (491.000). Unas cuatro quintas partes de la población mundial de refugiados han huido hacia sus países vecinos y esto se refleja en las importantes bolsas de refugiados que hay, por ejemplo, en Pakistán (1,7 millones), Irán (886.000), Kenia (566.500) y Chad (366.500). En cuanto a los países industrializados, Alemania encabeza la lista como el país que más refugiados acoge con 571.700. Sudáfrica fue el país con mayor número de solicitantes de asilo (107.000), una situación que se ha venido manteniendo así desde hace cuatro años. El mandato original de ACNUR era ayudar a los refugiados, pero en las seis décadas que la Agencia viene trabajando desde su creación por la Asamblea General de la ONU, su trabajo ha ido creciendo para ampliar la asistencia a muchas personas desplazadas en el mundo y a los apátridas, personas que carecen de una nacionalidad reconocida y de los derechos humanos que lleva aparejados. El informe de Tendencias Globales 2011 señala que tan sólo 64 países proporcionaron datos sobre personas apátridas, lo que supone que ACNUR sólo pudo registrar cifras sobre un cuarto de la población mundial de apátridas, que se estima en unos 12 millones. De los 42,5 millones de personas en situación de desplazamiento forzado a finales de 2011, no todas se encuentran bajo la atención de ACNUR: unos 4,8 millones de refugiados, por ejemplo, están registrados con nuestra agencia hermana, la UNRWA, encargada de los refugiados palestinos. De los 26,4 millones de desplazados internos, 15,5 reciben protección y asistencia de ACNUR. En su conjunto, los refugiados y desplazados internos de los que se ocupa ACNUR –unos 25,9 millones de personas- crecieron en 700.000 personas en 2011. Las tendencias de asilo apuntan a un crecimiento del futuro desplazamiento.
Muchos están llegando a Etiopía con numerosos efectos personales y con su ganado. Los recién llegados han contado al personal de ACNUR que hay más personas en camino hacia la zona, que acoge ya a cerca de 35.000 refugiados sudaneses principalmente. ACNUR se está preparando ante la posibilidad de un mayor flujo de llegadas. En el estado sursudanés de Unity, el asentamiento de Yida ha recibido a más de 3.200 personas procedentes de las montañas Nuba en lo que va de mes. Esto representa un promedio de 550 refugiados al día, casi el doble de las cifras registradas en abril y seis veces más que las de marzo. La población en los asentamientos situados en la frontera asciende ya a unas 30.000 refugiados. ACNUR ha duplicado su presencia en Yida y ha acelerado el registro de las nuevas llegadas. La Agencia de la ONU para los Refugiados sigue observando un aumento en el número de refugiados que llegan en estado de desnutrición debido a la escasez de alimentos en algunas zonas de Kordofán del Sur. Todos los recién llegados son registrados inmediatamente y reciben asistencia alimentaria, incluyendo galletas energéticas en caso necesario. Contrapartes como Médicos sin Fronteras Francia y Samaritans Purse están ofreciendo tratamiento de emergencia a los niños refugiados en estado de desnutrición y están poniendo en marcha programas de alimentación terapéutica y suplementaria. El Programa Mundial de Alimentos cuenta con raciones de comida suficientes para toda la población de Yida, incluyendo las nuevas llegadas. También se han preposicionado reservas de alimentos para la próxima temporada de lluvias, cuando el acceso por carretera a Yida se vea cortado por las inundaciones. A medida que se acerca la temporada de lluvias, el personal de ACNUR ha estado distribuyendo en el campo material de ayuda humanitaria adicional como lonas de plástico y mosquiteras. Los recién llegados y los refugiados vulnerables como los menores no acompañados, los ancianos y las personas con discapacidad siguen beneficiándose de repartos específicos. Si bien las recientes hostilidades entre Sudán del Sur y Sudán no han afectado de manera directa a las zonas donde se encuentran los refugiados, en el estado de Unity, ACNUR sigue profundamente preocupado por la seguridad de los refugiados debido a la proximidad del campo de Yida con la disputada zona fronteriza de Jaw. Mantener el carácter civil de los asentamientos de refugiados sigue siendo una prioridad en todas las zonas de acogida de refugiados. Por este motivo, ACNUR sigue recomendando a los refugiados presentes en Yida que se trasladen a otros asentamientos situados a una mayor distancia de la frontera. Mientras tanto, los refugiados del estado sudanés de Nilo Azul siguen cruzando la frontera al estado de Alto Nilo y están siendo reubicados en zonas más seguras en el interior. Esta semana ACNUR ha finalizado el registro individual y verificación de refugiados en los campos de Doro y Jammam. Se ha confirmado la presencia allí de 70.000 refugiados. En Jammam, las agencias humanitarias están incrementando sus esfuerzos para reforzar el suministro de agua y reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera. Los socios de ACNUR están llevando agua en camiones cisterna e instalando tuberías en los campos de refugiados, así como están tratando el agua de superficie allí donde es posible. Para reducir la demanda de los limitados recursos acuíferos, ACNUR empezó a reubicar esta semana a los primeros 15.000 refugiados desde Jamman hacia los campos de Doro I y II. También continuaremos con las actividades de perforación en Jammam con ayuda de los socios de ACNUR para proporcionar agua a los refugiados que permanecen en el lugar, así como a la comunidad local. Siguen en marcha los esfuerzos para transportar una plataforma de perforación mayor que la que hay actualmente, con el fin de explorar recursos acuíferos más profundos. El traslado de un equipo tan pesado a esta remota zona del país está suponiendo un importante reto logístico. Mientras tanto, las contrapartes especializadas en el sector de la salud y en otras áreas han elaborado planes de contingencia para responder en caso de epidemias. Se han preposicionado suministros médicos y se han establecido unidades de tratamiento. En total, más de 100.000 refugiados sudaneses han huido a Sudán del Sur desde mediados del año pasado. ACNUR ha recibido hasta ahora el 31% de los 145 millones de dólares necesarios para atender a los refugiados sudaneses en Sudán del Sur y Etiopía. Sin embargo, ACNUR necesita de manera urgente más contribuciones para poder acelerar la preparación de los campos antes de que el acceso quede cortado por las lluvias.
“El apoyo de socios y donantes es crucial para nosotros pero es especialmente valorado teniendo en cuenta la situación económica actual y las continuas crisis de desplazamiento que estamos viviendo” dijo Guterres, elogiando a su vez la labor de movilización de recursos del Comité español de ACNUR.