Durante muchos años, Libia fue un importante destino laboral para refugiados y migrantes, pero hoy se ha convertido en una trampa para personas procedentes de Sudán, Siria o...
Durante muchos años, Libia fue un importante destino laboral para refugiados y migrantes, pero hoy se ha convertido en una trampa para personas procedentes de Sudán, Siria o Somalia, como consecuencia de la inestabilidad política, la crisis económica y la inseguridad del país.
Debido a su posición estratégica en el norte de África y en el Mediterráneo, muchas personas acuden a Libia para intentar llegar a Europa cruzando el mar, pero un gran número de ellas son retenidas en centros ilegales, secuestradas o torturadas.
En el año 2017 ACNUR hizo un llamamiento desesperado para poder realojar a los refugiados que habían pasado por estas situaciones y comenzaron las primeras evacuaciones desde Libia a Níger, Italia y Rumanía.
No solo se trata de ayudar a los refugiados que provienen de otros países sino también a libios que tuvieron que huir de sus hogares debido a los conflictos del año 2011. Se calcula que unos 300.000 libios se vieron forzados a desplazarse como consecuencia del conflicto en el país.
En 2018 ACNUR logró evacuar a casi 2.500 personas desde Libia. 1 de cada 3 personas eran niños no acompañados.
En el último vuelo de ACNUR viajó Marharit, una refugiada de Eritrea de 28 años que pasó dos años en Libia con su hija de tres años, retenida por traficantes. Para ella es fundamental criar a su hija en un lugar seguro.
Sin embargo, a pesar del peligro, muchas personas siguen acudiendo a Libia como un país de tránsito para llegar a Europa y la ayuda humanitaria es necesaria.
El pueblo libio de Gwalish se encuentra junto a las montañas de Nafusa, un lugar en el que sus habitantes se dedicaban al pastoreo de cabras y al cultivo de aceitunas y granos. Pero, en el año 2011, tuvieron que huir debido al conflicto que estalló en el país.
Durante varios años los habitantes de este pequeño pueblo vivieron en otras zonas del país hasta que se les permitió un retorno seguro y 500 familias volvieron a sus casas. Las residencias habían sido quemadas y la gente decidió trabajar para volver a dar vida a la aldea.
ACNUR trabajó para proporcionar escritorios y una bomba de agua para la escuela. En general, ACNUR ha aumentado las ayudas a los desplazados y repatriados en Libia con artículos domésticos, equipos de refugio y asistencia en efectivo.
A pesar de que algunas familias han logrado regresar a sus hogares, a otras, diversos grupos armados, les impiden regresar a sus casas en la ciudad de Tawergha.
Estas familias también tuvieron que huir en 2011 y un decreto del Consejo de Presidencia les permitió el regreso a partir del 1 de febrero, pero al no poder acceder a sus hogares tuvieron que acudir a campos de refugiados donde se les ha proporcionado asistencia humanitaria.
Tu colaboración es fundamental para ayudar a los refugiados y desplazados en situación de emergencia en Libia. Hazte socio de ACNUR y colabora para proporcionar ayuda a miles de personas vulnerables y soluciones a largo plazo para ellos.
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