Reducir, reutilizar y reciclar: tres claves para un mundo más sostenible

Los desplazamientos forzosos que presenciamos en la actualidad se deben, en buena medida, a los conflictos armados, a la persecución y a la violación de derechos humanos.

Siria, Irak, Yemen, Sudán del Sur y Burundi son algunos de los países que en la actualidad sufren conflictos armados y que anualmente dejan cientos de miles de refugiados y desplazados internos. El último cálculo realizado por ACNUR señala que en los últimos 50 años ha habido al menos 59 millones de refugiados en el mundo.

Sin embargo, no en todos los casos la guerra es el principal motivo para que miles de familias abandones sus lugares de origen y residencia. Existen otros factores que han provocado que miles de familias se vean obligadas a abandonar su territorio.

Otras causas del desplazamiento forzoso en el mundo

Los desplazamientos forzosos también están relacionadas con fenómenos naturales como los terremotos, tsunamis, o deslizamientos de tierras, entre otros, y ha otros factores derivados de la acción humana, como el cambio climático o la contaminación del agua.

Estos factores han contribuido de una u otra forma al deterioro de las condiciones de vida de miles de familias campesinas. Al ver disminuidas sus opciones de supervivencia, han decidido migrar a los grandes centros urbanos. Según cálculos del Banco Mundial , para el año 2030 al menos el 60% de la población mundial vivirá en las ciudades.

En Siria, por ejemplo, la guerra de 2011 no hizo más que recrudecer una situación de desplazamiento forzoso que se había iniciado años antes. Así lo afirma una reciente investigación de la Universidad de Columbia (EE.UU.), en la que queda manifiesto que una buena parte de las huidas forzosas han sido originadas principalmente por la perforación ilegal de pozos de riego y las políticas de siembra de algodón y trigo en regadío, que deterioraron seriamente el 60% de las tierras de cultivo del país.

En los cuatro años previos a la guerra, al menos 1,5 millones de personas tuvieron que dejar su hogar en el campo y se trasladaron a las ciudades, añade el estudio.

Una solución efectiva: reducir, reutilizar y reciclar

Muchos de los conflictos del siglo XXI necesitan soluciones estructurales que escapan a nuestras aportaciones diarias. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, para que los desastres naturales y fenómenos como el cambio climático y el calentamiento global, causantes de millones  de desplazamientos en el mundo, no sigan avanzando.

El ahorro energético es una de las soluciones más eficaces que tenemos en mano para luchar contra el calentamiento global. Reduciendo el consumo de electricidad o cambiando a una fuente más verde se puede contrarrestar el cambio climático.

El reciclaje es otra de ellas. Cualquiera de nosotros podemos incorporarla a nuestras rutinas y concienciar sobre su importancia e impacto a nuestros círculos más cercanos.

La idea central que persigue el reciclaje es simple: reducir el consumo, reutilizar los productos y materiales que adquirimos en los mercados y clasificar los residuos para transformarlos en nuevos productos.  

De esta forma, estamos contribuyendo a la conservación del medioambiente y a mitigar los efectos de fenómenos naturales que ponen en peligro el equilibrio de nuestro planeta. Algunas de las ventajas que se obtienen al reducir, reutilizar y reciclar,  son:

• Disminuye la emisión de los gases de efecto invernadero, originados por la acción industrial, y la elaboración de nuevos productos y materiales.
• Fomenta un modelo de consumo responsable basado en el apoyo a agricultores que lleven a cabo prácticas sostenibles, la reducción de la pobreza, la justicia y el desarrollo social.
• Contribuye al ahorro del agua y la energía empleadas en los procesos industriales y evita el uso indiscriminado de otros recursos naturales.
• Facilita la puesta en marcha de métodos industriales de eliminación de residuos y los reemplaza por otros manuales o artesanales.
• Frena el impacto del calentamiento global, que en gran parte se debe al deterioro de la capa de ozono.